VALÈNCIA. En julio de 2017, el PSPV-PSOE celebraba su primer congreso del partido después de que Ximo Puig recuperara la Generalitat para los socialistas valencianos. En aquel cónclave, el líder apostó por un relevo en el área de Organización, hasta entonces conducida por Alfred Boix, y designó en el cargo a José Muñoz (València, 1985), quien acabó repitiendo en el cargo tras el congreso de 2021.
Ahora, en vísperas del cónclave extraordinario que significará el relevo de Puig al frente del partido, Muñoz hace balance y comparte con Valencia Plaza sus impresiones de cómo debe afrontarse la cita orgánica más importante para los socialistas valencianos.
-¿Le sorprendió que Puig convocara el congreso extraordinaria? Parecía que iba a haber una transición más larga.
-No me sorprendió. Cuando acaban las elecciones autonómicas y se convocan de inmediato las generales creo que él hace un acto de gran generosidad aguantando como secretario general, encabezando la alternativa y tranquilizando el partido. Cuando ya pasan las elecciones generales, se conforma el Gobierno de España, él también, desde mi punto de vista, entra en un proceso de reflexión personal, por el que decide que es el mejor momento para dar el paso. Quiero agradecerle también que en un momento en el que quizá el cuerpo le pedía otra cosa, aguantó por el bien del proyecto socialista.
-¿Presionó Ferraz para que diera el paso de salir?
-No.
-Sigue como secretario de Organización, aunque se entiende que dejará de serlo tras el congreso. ¿Qué ha sido lo mejor de estos casi siete años en el puesto desde el punto de vista orgánico del PSPV?
-Lo mejor ha sido la posibilidad de poder conocer la Comunitat Valenciana a través de las sedes del partido, o como nosotros las llamamos, las casas del pueblo. A veces no te das cuenta hasta que estás en la organización del partido, que es que prácticamente hay una casa del pueblo en los 542 municipios de la Comunitat. Eso vertebra y además descubre la calidad humana de la gente del partido. Porque muchas veces nos quedamos sólo con cuestiones que creemos más trascendentes o con los liderazgos más conocidos, pero hay miles de personas progresistas que mueven el partido, pegan carteles, defienden nuestras ideas en los bares y que no dan un paso atrás simplemente porque así lo creen, porque creen en el proyecto y en los valores del Partido Socialista. Y lo hacen sin pedir nada a cambio. Ese compromiso vital de mucha gente es la mejor experiencia. Entender que formar parte de este proyecto te define o define una gran parte de tu vida. Eso hasta que no bajas al terreno no lo ves de esa manera y es una pasada. Para los que venimos de familia socialista, ver que esa llama sigue viva creo que es lo mejor que me ha pasado.
-¿Y lo peor?
-Pues obviamente, que en ocasiones he tenido que tomar decisiones y comunicar decisiones muy duras, que afectan a las ambiciones políticas, las ilusiones o directamente a la vida de personas que aprecias. Y que además cuando tomas o comunicas esas decisiones no sabes si estás haciendo lo adecuado. La presión mediática, la presión política... pues a veces te obliga a tomar decisiones que en el momento no sabes si son realmente correctas o si las estás tomando de manera precipitada. Sobre todo tiene consecuencias para gente que no se lo merece.
-¿Qué papel se ve jugando en el partido a partir del congreso?
-Estaré donde el partido considere que soy más valioso. Sé que es una contestación bastante habitual, pero yo me lo creo. No tengo ninguna ambición personal en este proceso. Lo único que me interesa es contribuir a que en 2027 podamos volver a alcanzar la Generalitat Valenciana. ¿Y dónde estaré? Pues donde consideren los compañeros que debo estar.
-Hasta ahora, hay tres dirigentes que suenan como posibles candidatos: Morant, Bielsa y Soler. Por empezar con alguno; está claro que los militantes eligen, ¿pero es cierto que la preferencia de Ferraz y de Sánchez es la ministra?
-Esa pregunta habría que hacérsela a la dirección federal del PSOE. Lo que veo es que son tres compañeros muy valiosos que a buen seguro van a tener un papel fundamental en el futuro del partido.
-¿Cree que se puede ser secretaria general del PSPV y al mismo tiempo ejercer como ministra con buen rendimiento en ambos puestos?
-Sí creo que es compatible. Yo soy militante de mi agrupación, secretario de Organización, diputado autonómico y ahora portavoz. En política todo está unido y no nos desgajamos de lo que somos. En cualquier caso, aquí de lo que se trata es de generar una alternativa. Y ver la persona que mejor puede generar esa alternativa.
-Sí, pero ¿cuáles son las ventajas e inconvenientes a, por ejemplo, esa dualidad de ser ministra y secretaria general?
-Creo que necesitamos tener un altavoz potente de nuestras políticas. Ser capaces, aquí en la Comunitat Valenciana, de demostrar que el modelo adecuado de derechos, competitividad, trabajo, de presencia en Europa, de gobierno... es el modelo que representa Pedro Sánchez y el PSOE. Todo lo tenemos que hacer pensando en generar esa alternativa, una alternativa que se materializa en el Gobierno de España. ¿Cómo lo vamos hacer? Pues eso lo dirán los militantes y el congreso del partido.
-Se ha comentado la posibilidad de una bicefalia. Soler lo puso sobre la mesa. ¿Cree que es factible?
-No me aventuro a decir si es posible o no, porque tampoco creo que sea el momento de plantearse eso. Ese tipo de decisiones se tendrán que ir dilucidando en las próxima semanas. En cualquier caso, yo pienso más allá de las cuestiones que son de pura organización: lo que me pido a mí mismo y al conjunto del partido es amplitud de miras. Y esto es, una visión estratégica para alcanzar la Generalitat en 2027.
-Se habla mucho de consenso, pero cómo se pacta cuando los tres quieren ser líderes. ¿Qué tipo de acuerdo cree que podría haber?
-Bueno, todo esto son hipótesis. Lo que creo es que todo debe hacerse siempre bajo el prisma de un objetivo común, y es en la idea en la que quiero insistir. El objetivo debe ser ganar las elecciones para, desde las instituciones, transformar la sociedad. Si todos comparten esa meta común, todos los acuerdos son alcanzables.
-¿Teme que no haya acuerdo y se acabe en un congreso del PSPV a cara de perro?
-Hay diferentes tipos de congreso en un partido. Hay uno que puede calificarse de refundación, que suele ocurrir cuando hay una pérdida total, un tremendo batacazo, una salida de todas las instituciones, de todos los gobiernos... con lo cual se empieza a hablar de la crisis de la socialdemocracia y prácticamente parece que debemos empezar de cero, rehacer el proyecto en una reconstrucción total. Sin embargo, creo que nos encontramos ante otro tipo de congreso. Ahora se trata de hacer un congreso para actualizar el proyecto: desde 2015 hemos subido casi 10 puntos electoralmente, en los últimos comicios hemos ganado 65.000 votos y subido cuatro diputados. Somos la alternativa clara de Gobierno aquí en la Comunitat Valenciana. Pero además, en las generales del 23J se demostró que la Comunitat puede ser progresista y, de hecho, Pedro Sánchez ha terminado de nuevo como presidente del Gobierno. Eso lo que te permite es afrontar este congreso con la expectativa no de refundar el partido, sino de actualizar el proyecto y encontrar el mejor liderazgo para ganar las elecciones en 2027.