Director de Relaciones Exteriores y Responsabilidad Social Corporativa en Vicky Foods

José Vicente Castell (Alumni ESIC): "Todavía hoy guardo el material didáctico del programa de formación y lo consulto"

27/01/2022 - 

VALÈNCIA. Actualmente estás en Vicky Foods como director de Relaciones Externas y Responsabilidad Social Corporativa. Pero, empecemos por el principio, ¿cuál fue tu primera experiencia profesional?  

Mi primera experiencia profesional fue en la firma de auditoría Arthur Andersen, recién finalizados mis estudios universitarios como licenciado en Empresariales en 1988. Estuve en esta firma durante cuatro años como auditor y consultor, lo cual me permitió adquirir una notable experiencia en empresas de diversos tamaños y sectores, y ensanchar mis conocimientos sobre aspectos claves en la gestión de los negocios.

Recuerdo aquellos años como un periodo de trabajo muy exigente, pero que, al mismo tiempo, me aportó una visión muy amplia del mundo empresarial. 

Después de esos cuatro años, ¿te incorporaste a tu actual compañía?

Sí, después de cuatro años en Arthur Andersen, me incorporé al grupo Dulcesol en 1992, hoy Vicky Foods, en el que ejerzo actualmente mi labor profesional. Durante estos 29 años he desarrollado puestos de responsabilidad en las áreas de administración y finanzas, comercial, control de gestión, desarrollo internacional y, ahora, en RSC (Responsabilidad Social Corporativa).

Creo que, para un directivo, el hecho de desempeñar su labor en distintos ámbitos de la empresa es muy positivo porque, además de suponer un factor de superación permanente al enfrentar nuevos retos y gestionar nuevos equipos, contribuye a conocer la realidad de la organización desde distintas perspectivas, entender la problemática de otras áreas y enriquecer sus conocimientos del negocio, lo cual es clave en la gestión de conflictos y en la toma de decisiones.

¿Qué opinas de la formación continua?

En mi opinión, la formación continua debe estar en la agenda de cualquier persona, en general, y de los profesionales y directivos, en particular. Actualizar conocimientos y técnicas, adquirir nuevas habilidades y ensanchar la red de relaciones personales son aspectos fundamentales para seguir aportando valor en el desempeño profesional.

En mi caso, dispongo de una sólida formación académica en materias como contabilidad y finanzas, pero, tras asumir nuevas responsabilidades en el ámbito comercial, necesitaba reforzar esta faceta para mejorar mi competencia y la de mi equipo.

En 2013, el PSDV (Programa Superior de Dirección de Ventas) me brindó una ocasión inigualable para adquirir esos conocimientos y habilidades que me ayudaron a cubrir esas carencias y dotarme de las herramientas necesarias para gestionar un área clave del negocio. 

¿Por qué te decantaste por el PSDV de ESIC?

ESIC es una excelente escuela de negocios, con un reconocido prestigio en el ámbito del marketing y las ventas. La institución no era desconocida para mí porque tenía referencias de personas que habían recibido formación en ESIC en diferentes programas y las excelentes referencias eran coincidentes.

Además, tanto el formato, como el contenido del PSDV se ajustaban exactamente a mis necesidades y me permitían conciliar trabajo y formación, lo cual era absolutamente imprescindible.

También fue decisivo el hecho de que la práctica totalidad del claustro de profesores compaginara su labor docente con el trabajo profesional en empresas privadas, lo que confería el valor añadido de una visión práctica a los conocimientos teóricos impartidos.

¿Cómo es realizar un programa al mismo tiempo que trabajas?

Para mí fue todo un descubrimiento que superó ampliamente mis expectativas. En cada sesión encontraba respuestas adecuadas a cuestiones que se me planteaban en el plano operativo cotidianamente en el trabajo. Era apasionante ir descubriendo herramientas para enfrentar los retos con los que me encontraba en la gestión comercial de la empresa.

Recuerdo que, en muchas de las sesiones del programa me sorprendía pensando: ¡Esto que estoy aprendiendo lo voy a poner en práctica el próximo lunes, cuando llegue a la empresa!

Todavía hoy guardo el material didáctico del programa de formación y lo consulto, de vez en cuando, para buscar soluciones y respuestas a problemas que se me presentan.

La experiencia práctica de los formadores fue de gran valor, en el sentido de que el intercambio de información entre profesor y alumno se realizaba en plano muy similar, y el enfoque de los conocimientos apuntaba directamente a proporcionar técnicas útiles y prácticas.

Por último, y no menos importante, supuso la oportunidad de entrar en contacto con otros compañeros alumnos, también profesionales, con los cuales conservo una excelente relación personal y, en algunos casos, también profesional.  

¿Qué competencias valoras cuando incorporas una persona a tu equipo?  

Las competencias que más valoro cuando realizo un proceso de selección para incorporar a una persona al equipo son el trabajo en equipo y la capacidad de adaptación y de aprendizaje.

Ambas son clave para lograr un buen desempeño en nuestra empresa: el trabajo en equipo es indispensable en una organización compleja como la nuestra, con un organigrama muy plano, flexible y transversal, en la que trabajamos por proyectos o grupos de trabajo multidisciplinares.

Por otro lado, la capacidad de adaptación y aprendizaje es clave en un entorno volátil, en constante cambio, que afecta a todos los ámbitos del negocio: productos, procesos, clientes, competidores y estructura organizativa interna. El profesional que se incorpora hoy debe estar preparado para cambiar de funciones y responsabilidades conforme a las exigencias del entorno y ello implica estar dispuesto a reaprender de forma continua. 

¿Qué consejo le darías a tu “yo” de hace 15 años?

Recuerdo que hace 15 años me obsesionaba mucho el devenir de los siguientes 15 años. Hoy, con la perspectiva que dan los años transcurridos, pienso que no hay que obsesionarse por el futuro, sino preocuparse en el presente por estar bien preparado y dotado con las habilidades adecuadas para afrontar los nuevos retos. Y esto se consigue con formación y con una mentalidad abierta al cambio.

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