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nacido en la vall d'uixó, es el titular de la sagrada familia de barcelona

Juan de la Rubia: "El organista toca un instrumento histórico y le da vida"

25/08/2019 - 

BARCELONA (EFE). Organista titular de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona y reconocido en escenarios de todo el mundo, el castellonense Juan de la Rubia debutará el día 27 en la Schubertiada de Vilabertran junto a la trompetista Mireia Farrés, un festival del que valora su "autenticidad". En una entrevista con Efe, De la Rubia (la Vall d'Uixó, 1982) muestra sus ganas de sentarse ante el teclado del órgano de la Basílica de Castelló d'Empúries (Girona) para ejecutar un programa que incluye obras de Clarke, Corrette, Bach, Purcell y Telemann, al lado de Farrés, "una música excepcional".

Afirma que el instrumento que hay en esta iglesia "es imponente, como la misma basílica, con unas características específicas, con muchos registros, lo que significa que tiene muchas posibilidades tímbricas, sonoras y permite hacer cambios repentinos, dar mucha variedad". Para De la Rubia, lo que es "fundamental" para un instrumento como el órgano es que "se utilice, porque si no se oxida y, en Castelló d'Empúries, hay un titular, Pau Riuró, que lo hace funcionar, y, además, esta obra de arte se ha ido restaurando, cuidando, y suena muy bien".

A su juicio, uno de los privilegios que tienen los organistas es que tocan "instrumentos históricos, que podrían estar en un museo, y les damos vida, les sacamos todas sus posibilidades. Es muy bonito poderte hacer amigo del instrumento lo antes posible para sacarle lo mejor".

Sobre el programa que ofrecerá con Mireia Farrés, en la OBC desde 2004, Juan de la Rubia explica que tiene mucho que ver con los instrumentos que tocan ambos y "el órgano de Castelló d'Empúries, que es una joya, permite un repertorio que no es de la época de Schubert". Sin embargo, prevé que la música que surja de la unión de órgano y trompeta "sea muy potente, aunque el público de la Schubertiada no esté muy acostumbrado a las piezas que ofreceremos".


Sobre este festival, que llega a su 27ª edición, el músico considera que ya ocupa un lugar "importantísimo" en la escena musical y de los festivales de verano, "conservando su espíritu inicial, de reunión alrededor de un autor, de una época, de una determinada tradición musical, es como una familia".

En este punto, no deja pasar que un barítono como Matthias Goerne "ha crecido con el festival y el festival ha crecido con él, lo que debe valorarse mucho. Estoy muy contento de poderme incluir a partir de ahora en esta familia", agrega, sin olvidarse de su artífice, el doctor Jordi Roch.

Respecto a su trabajo en la Sagrada Familia, asevera que es "un orgullo, un placer y una responsabilidad, porque todo lo que allí ocurre tiene un eco cultural, nada pasa desapercibido". Rememora que, cuando se incorporó, "el proyecto era nuevo y no había vicios y, aunque mi trabajo va muy ligado a la liturgia dominical, se trata de que en los próximos años la Sagrada Familia se convierta en un espacio musical y cultural de encuentro de diferentes propuestas artísticas y estéticas, con una programación ordenada, adecuada al templo religioso que es".

No esconde que está ilusionado con el proyecto porque "es de futuro" y destaca que actualmente hay un órgano de coro, pero "en las grandes catedrales europeas suele haber también el que se ubica en la fachada principal, que en la Sagrada Familia aún no existe". Precisa que el órgano actual "no es provisional, pero falta desarrollar el gran órgano, tal como quería Gaudí, y que debería estar en consonancia con el tamaño del templo".


Preguntado por sus próximos proyectos artísticos, Juan de la Rubia avanza que tiene programados conciertos en diferentes formatos en Alemania, Francia, Portugal y también como director de un concierto de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, entre otros.

En cuanto a sus giras por países asiáticos, De la Rubia indica que tras sus primeras incursiones se están preparando nuevas audiciones allí y destaca que países como Japón y China "ven el mundo del órgano como algo curioso, porque no lo tienen integrado en su imaginario religioso, lo ven como un instrumento grandioso, como el rey de los instrumentos sin ninguna otra connotación, llenando salas de conciertos y auditorios".

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