La transición energética de los sectores industriales "difíciles de reducir" en emisiones de CO2 solo puede llevarse a cabo a través de una cartera diversificada de soluciones, en algunos casos no disponibles actualmente.
Para los sectores industriales “difíciles de reducir" en cuanto a emisiones de CO2, como es el caso de la cerámica, el proceso de descarbonización requiere de un fuerte apoyo institucional que acompañe el desarrollo y la aplicabilidad de nuevas tecnologías. En lo que respecta al sector cerámico, la apuesta por la protección del medio ambiente tiene raíces lejanas y la curva de reducción de emisiones a 2030 se encuentra actualmente condicionada por la limitada aplicabilidad de algunas palancas estratégicas y la escasa disponibilidad de combustibles carbon free. Para lograr los nuevos objetivos será necesario adoptar una cartera de diferentes tecnologías, algunas de las cuales, sin embargo, aún no se encuentran en una fase de uso industrial real. Por lo tanto, el gas natural no puede ser reemplazado de inmediato y seguirá siendo el mejor combustible para la transición ecológica del sector.
Para la industria cerámica, la palanca estratégica CCUS (Carbon Capture Usage and Storage, o la captura de dióxido de carbono) puede tener una aplicación limitada, debido a las bajas concentraciones de CO2 de los puntos de emisión, así como a la electrificación que presenta. Los combustibles verdes se identifican así como la palanca prioritaria para el proceso de transición energética a 2050, es decir, la sustitución del gas natural por biogás/biometano o hidrógeno (en una primera fase, hasta un 30% para no impactar en la calidad del producto terminado). ) utilizando las tecnologías actuales.
Para que esto sea posible, se requiere una intervención de las instituciones a través de un plan financiero capaz de apoyar una amplia investigación y desarrollo y apoyar la implementación de nuevas tecnologías y nuevos vectores de energía. Esto debe ir acompañado de mecanismos de apoyo a soluciones ya previstas, como la cogeneración.
Todo ello está recogido en la Hoja de Ruta de la Cerámica hasta 2050, un documento de 70 páginas elaborado por Cerame-Unie, la federación europea que agrupa a las asociaciones nacionales de productores cerámicos, que muestra la fuerte apuesta de todos los sectores de la cerámica (baldosas, ladrillos, cerámica sanitaria, vajillas, refractarios, cerámica técnica, abrasivos y tuberías de arcilla) hacia el objetivo de la neutralidad climática y en el que se demuestra la decisiva contribución del material cerámico en la cadena de valor de la construcción sostenible.
El autor es jefe de Comunicación y Actividad Editorial de
Edi.CER. SPA de Confindustria Ceramica
(Artículo publicado en el número 390 de CER Giornale della Ceramica de www.confindustriaceramica.it)