CASTELLÓ. BP se ha convertido en la primera compañía energética en establecer una sociedad de valores (SV) con sede en España. La petrolera británica ofrecerá así "soluciones financieras enfocadas en derivados energéticos a clientes profesionales y elegibles dentro del Espacio Económico Europeo", tal como han informado fuentes de la firma a este diario, que han manifestado que la figura de SV era "la forma más adecuada para la entidad española".
Dicha sociedad de valores, con el nombre de BP Energy Solutions SV, recibía la pertinente autorización de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV) el pasado viernes con el número de registro 317 sobre este tipo de empresas de servicios de inversión, que tienen la posibilidad de operar tanto por cuenta de clientes como por cuenta propia. Un movimiento que permitirá a la mercantil británica captar y realizar inversiones en este campo.
La nueva sociedad de valores tiene su origen en la sociedad anónima del mismo nombre que se constituyó en junio de 2021, con un capital social de 60.000 euros, por lo que, tal y como exige la Ley del Mercado de Valores, ha tenido que redefinir su denominación social a una SV, cuyo domicilio está fijado en Madrid. Fue precisamente el pasado mes de febrero cuando BP decidió inyectar fondos a la compañía para alcanzar los dos millones de capital social que se requiere para constituirse como sociedad de valores; y, de este modo, que la CNMV le diera la pertinente autorización, algo que sucedió el pasado viernes, como publicó Invertia.
Así, la filial de BP se convertirá en la sociedad de valores número 35 que opera en España, siempre según los registros de la institución presidida por Rodrigo Buenaventura. Lo hará unos días después de que también la firma financiera madrileña iCapital diera el paso de Empresa de Asesoramiento Financiero (EAF) a sociedad de valores. Una figura -la de las SV- que está por encima de las agencias de valores, que solo pueden operar a cuenta de terceros y cuyo capital social requerido comprende entre los 300.000 y los 500.000 euros.
La sociedad, participada al completo por Britannic Strategies Ltd., está encabezada por el presidente de BP España, Andrés Guevara de la Vega. Y entre sus consejeros se encuentran diferentes ejecutivos europeos de la compañía, como Arnaud Cruiziat, María Fernández-Argüelles Velasco o Elaine Skinner-Reid, encargados de áreas sobre energías renovables y electricidad europea, el gas, y el hidrógeno, respectivamente. Pero también Vicente Mut, el director financiero de la refinería que BP tiene en el polígono de El Serrallo en Castellón.
No hay que olvidar que la compañía se encuentra en una profunda transición para conseguir tener emisiones netas cero antes de 2050. Un camino en el que la refinería de Castellón no sólo es una pieza más sino que es una pieza clave en España con su reconversión hacia un Centro Integrado de Energía. "Vamos a crecer en España durante esta década porque hemos abrazado la transición energética y las oportunidades que trae consigo, y poseemos las habilidades y capacidades que van a marcar la diferencia en el futuro", explicaba el propio Guevara el pasado verano a este respecto.
Ejemplo de ello es la producción de biocombustibles que está desarrollándose desde la central energética de Castellón. Sin ir más lejos, hace dos meses la compañía lanzaba el primer biocombustible de aviación 'eco' con Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC) en la UE. Y lo hacía desde la refinería de El Serrallo y producido a partir de materias primas sostenibles basadas en residuos de la propia central.
En ese mismo camino, uno de los proyectos verdes más ambiciosos de la compañía en España, y por descontado en Castellón, es su plan para producir desde territorio castellonense ya en 2027 cerca de 31.200 toneladas anuales de hidrógeno verde y 400.000 toneladas de biocombustible. Una iniciativa del Clúster del hidrógeno de la Comunidad Valenciana, bajo la denominación HyVal, que la propia firma lidera en alianza con Iberdrola, que se basará en la colaboración público-privada, y en la que sólo la compañía británica invertirá 2.000 millones de euros.
El objetivo no es otro que alcanzar tras varias fases una capacidad de electrólisis de 2 gigavatios (GW) para la producción de hidrógeno verde en 2030. Y para ello, se requerirá de una gran cantidad de energía renovable: entre 4 y 6 gigavatios de producción. Un contingente importante que deberá subcontratar a promotores de proyectos renovables -fotovoltaicos, eólicos, hidroeléctricos, etcétera-, pero que también procederá de plantas propias. Ahora bien, de estos proyectos para obtener energía renovable con la que alimentar el 'hub' de hidrógeno se sabe más bien poco por el momento.