un bosque mágico con todas sus ilusiones teatrales

La comedia nunca representada de Cervantes 'sale a escena'

12/07/2023 - 

CASTELLÓ. Es paradójico que haya obras literarias, cuya adaptación al teatro se haya realizado en infinidad de ocasiones. Tantas que a veces son solo el germen de una nueva producción que ha cambiado hasta de forma e intención. Mientras que otras, en cambio, nunca han pisado un escenario por más populares que fueran sus autores. Miguel de Cervantes, considerado unánimemente el mejor autor en lengua española y habiendo sido estudiado en todo el mundo por el Quijote, no ha gozado de la misma representación con todas sus obras. La casa de los celos y selvas de Ardeniapublicada en el siglo XVII, fue llevada por primera vez a los escenarios el pasado mes de junio, en Alcalá de Henares, y este próximo 18 de julio pisará el Festival de Teatro Clásico de Peñíscola. Se trataba pues de la única comedia que quedaba suya por llevar a escena. 

La casa de los celos y selvas de Ardenia representa, ciertamente, el sueño frustrado de Cervantes como dramaturgo. Una faceta que quedó eclipsada, en vida, por Lope de Vega y, tras su muerte, por Calderón de la Barca, además de otros autores y títulos que dio el Siglo de Oro español. Una situación de la que el propio escritor era conocedor. "En el prólogo reconocía que la representación iba a estar condenada al perpetuo silencio, porque no le respaldaban, por eso cuando años después una editorial propone su publicación, acepta para que al menos el lector lo disfrutara leyendo", cuenta Ernesto Arias, director del proyecto. 

Aunque con el tiempo empezó a reconocerse su faceta innovadora, hicieron falta varios siglos hasta reconocer su trabajo. Unas comedias, sin embargo, "adelantadas a su tiempo en el aspecto teatral", según afirma Arias. "Cervantes está presente en los festivales, figura como autor, pero sobre todo se representan sus entremeses o las adaptaciones que se han hecho a posteriori de su narrativa, pero su concepción teatral ha llamado poco la atención. No obstante, Cervantes empezó a usar técnicas después reconocidas como el uso del narrador, las escenas superpuestas o el metateatro. Le gustaba que la tramoya teatral quedara al descubierto".

Pese a esto, La casa de los celos y selvas de Ardenia no había podido encontrar su lugar hasta ahora. Ha sido gracias a la iniciativa 'Dramaturgo invitado' de la Fundación Juan March, la cual propone a un reconocido director, investigar, adaptar y escenificar una obra poco conocida o representada del repertorio clásico español, que ha llegado su momento. La casa de los celos y selvas de Ardenia ha llegado a los escenarios después de un arduo trabajo realizado por el mismo Arias y Brenda Escobedo, quien se ha encargado de la dramaturgia. Así mismo, se trata un proyecto de gran envergadura coproducido por el festival de Peñíscola con la Compañía EscénaTe, el colectivo Állatok, el Festival Veranos de la Villa del Ayuntamiento de Madrid y el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid Clásicos en Alcalá. 

"Comparto las palabras de Javier Gomá, de la Fundación Juan March, es un escándalo cultural que nunca se haya llevado esta obra a escena. ¿Qué pasaría si en Francia un Molière nunca se hubiera representado? Es un escándalo sobre todo porque Cervantes solo tenía ocho comedias. No es como Lope de Vega que tenía casi mil. El patrimonio es muy grande y hay muchos tesoros escondidos, también de muchas mujeres dramaturgas. Es necesario hacer arqueología e investigarlas a todas", sentencia Ernesto Arias. 

El teatro "imposible" de Cervantes 

Ahora bien, llevar a los escenarios La casa de los celos y selvas de Ardenia no era una tarea fácil de acometer. Además de por su complejidad narrativa, no es una trama con un argumento lineal, Cervantes imaginó toda una "maquinaria teatral" que hoy en día no se puede plantar. Como en El sueño de una noche de verano de Shakespeare, el escritor abre un escenario en donde conviven el mundo mágico, el noble y el popular. En una misma trama aglutina a caballeros de Carlomagno, campesinos, personajes mitológicos y figuras alegóricas. Pero lo complejo no era eso, sino cómo soñaba Cervantes su escenografía.

 

La obra tiene dos líneas argumentales que avanzan en paralelo: la caballeresca y la pastoril. La primera trata de la rivalidad de dos caballeros de la corte de Carlomagno (Roldán y Reinaldos) que se enamoran de una misma mujer (Angélica). Pero, la trama no se enfoca en quién será el vencedor, sino en cómo necesitan de los esfuerzos de Malgesí y de Merlín (los magos/médicos de la Corte) para regresar a la cordura, dejarse de romances y ayudar al emperador Carlomagno contra la invasión de los musulmanes. 

La segunda es un espejo de esta, pero en tono bucólico: dos pastores (Lauso y Corinto) tienen un delirio compartido porque aman a la misma pastora (Clori). Ella, sin embargo, tiene un solo interés, el dinero del pastor Rústico. Ambas historias conviven en las selvas de Ardenia, un bosque mágico en el que desembocan todos los personajes y confluyen las tramas de forma paralela. 

"Cuando nos encontramos esta obra nos interesó porque no se había representado nunca, pero lo que más nos llamó la atención fue cómo quería éste hacer una versión teatral sobre el mundo fantástico. Hay bromas muy cervantinas e ilusiones que ya se anuncian en otras obras. Los espectadores lo pasarán muy bien. Hay dos magos en escena, que son muy malos, entonces no les terminan de salir bien los trucos", avanza Escobedo, quien reconoce que se ha tocado muy poco el texto del escritor para tratar de hacer una primera adaptación lo más fiel posible. "Somos muy invisibles en ese sentido. Tenemos una forma de trabajar anónima. Más, tratándose de una comedia en la que no se conoce la historia, no nos veíamos en el capricho de modificar y cortar escenas. Nuestra responsabilidad era mostrarla", explica la dramaturga. 

Aun así, el gran reto ha sido "suplir" la tramoya teatral que imaginaba Cervantes. Un teatro "que ya no existe". "Es un enigma porque hay elementos como la trampilla o la grúa que si nos sitúan en los corrales de comedia de la época, pero elabora tanto este tema que lo lleva al teatro de un palacio barroco y sin embargo, tampoco termina reflejándolo. No hemos podido saber con exactitud en qué estaba inspirándose al crear esta obra", señala Escobedo. 

La casa de los celos y selvas de Ardenia termina metiendo en escena a 36 personajes. Un multitudinario elenco que, en esta ocasión, ha sido formado por diez intérpretes: Carmen Bécares, Jesús Blanco, Óscar Fervaz, Inés González, Gonzalo Lasso, Carmen Quismondo, Lidia Otón, Carlos Pinedo, Jesús Teyssiere y Samuel Viyuela González. Así mismo, el equipo artístico lo completan Álvaro Sobrino (escenografía), Jorge Eliseo (música original), Nuria Martínez (vestuario), Raquel Rodríguez (iluminación) y Pablo Rodríguez (ayudante de dirección).

"Generalmente en las obras de Lope de Vega se podía intuir el final, porque su estructura siempre era la misma: introducción, nudo, desenlace. En el primer acto ya solías intuir cómo acabaría la historia. Cervantes, en cambio, mezcla historias como capas de cebolla. Personajes de diferentes ficciones que los junta mezclando en un mismo universo historias paralelas. Es un espectáculo ágil y con mucha magia. Creemos que la gente acostumbrada a ver obras del Siglo de Oro se va a sorprender, porque se separa de los parámetros habituales", concluye el director del proyecto. 

La obra que se representará este próximo martes en Peñíscola, viajará al festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro los días 21 y 22 de julio. 

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