CASTELLÓN (EP). La consellera de Agricultura, Elena Cebrián, insiste en el discurso del ministro de Agricultura, Luis Planas, y no concreta las ayudas al tiempo que pide cambios estructurales al sector citrícola, enmarcado en una campaña que, como ella misma reconoce es "muy difícil". De hecho, la Unió de Llauradors ha convocado para este jueves una protesta ante la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana para "denunciar la crisis que sufren los productores y la falta de soluciones".
Aunque la protesta aglutina a todo el sector primario, en una "situación insostenible" a nadie escapa que uno de los motivos de la convocatoria es la crisis de los productores de naranja y clementina. Por ello, la organización agraria critica "la falta de políticas y medidas efectivas de las diferentes Administraciones, que están utilizando al sector políticamente de cara a la sociedad".
Mientras tanto, y lejos de concretar las posibles ayudas (la Mesa Nacional de Cítricos reunida la semana pasada tampoco concretó nada), Cebrián ha solicitado este lunes la colaboración del sector citrícola para elaborar una propuesta de ayudas y "adelantar lo antes posible" el borrador de la orden de bases en medio de "una de las campañas más complicadas de los últimos años".
A la hora de analizar las razones de esta nefasta campaña citrícola, la consellera ha señalado en la Mesa técnica de seguimiento del sector (que ha reunido a las organizaciones agrarias, el Comité de Gestión de Cítricos y las cooperativas) que este año han confluido un aumento de la producción, un incremento de las importaciones de países terceros y un nivel de "consumo más retardado" en toda Europa.
Pero no ha detallado qué se puede hacer para luchar contra todo ello. De hecho, está programada una nueva reunión para hacer un estudio y una "reflexión" sobre las organizaciones de productores de frutas y hortalizas, a través de las cuales se pueden recibir ayudas europeas, y a través de las cuales ahora se están recibiendo los fondos para la retirada de fruta, ha señalado Cebrián, quien ha insistido en esta medida (que ha retirado "alrededor de 7.000 toneladas en la Comunitat", algo que se ha mostrado totalmente ineficaz para reflotar los precios). La idea de Cebrián es "aprovechar hasta el 31 de marzo", fecha en la que concluye el plazo para la retirada, a pesar de que Planas señaló la semana pasada que el plazo se ampliaría hasta el 30 de abril.
Asimismo, Planas ha señalado que es necesaria una "reflexión no solo coyuntural sino también de tipo estructural". Así, para la consellera, es necesario hacer "cambios" en la estructura agrícola valenciana, donde la gran cantidad de "pequeños productores" hace "muy difícil agrupar la oferta del producto". Además, ha remarcado la importancia de trabajar en la comercialización a través del "refuerzo de la interprofesional", que ha estado diez años inactiva debido a la imposibilidad de acordar los planes de forma consensuada, algo que exigen sus estatutos.
En cuanto al uso de pesticidas, algo acerca de lo cual la consellera ha señalado su preferencia de que los acuerdos comerciales (que dependen de la Unión Europea) contemplen la reciprocidad en el uso de productos fitosanitarios, Cebrián ha señalado que ha habido "interceptaciones de partidas que iban a entrar en el mercado europeo con enfermedades que aquí están contenidas o que estamos haciendo un esfuerzo enorme sector y Administración por pararlas". Es decir, que los países terceros, además de poder usar más productos, están enviando partidas de fruta en que se han detectado plagas.
"Nos preocupan los riesgos de entrada de plagas y enfermedades que pueden afectar a nuestra producción", ha advertido Cebrián, tras repasar la "cantidad de importaciones que está teniendo la Unión Europea de países terceros, no solo con las importaciones de cítricos de Sudáfrica, también combinado con otros orígenes que están incrementando la producción como son Turquía, Egipto o Marruecos". En todo caso, la consellera ha señalado que se está "trabajando mucho, de la mano del Ministerio, para que las cuestiones fitosanitarias se tengan en cuenta".
Pese a las dificultades que afronta el sector en esta campaña, la consellera ve "positivo" que "todo el sector se haya unido en una sola voz" para llamar la atención sobre sus reivindicaciones. "Esa es la voz que se ha podido escuchar en el Ministerio y en Bruselas, y lo que tenemos que hacer es asumir responsabilidades", ha concluido.