CASTELLÓ. La Cooperativa de Viver se enfrenta a un año complicado debido a la drástica caída de la producción de aceite, con apenas 105.000 kilos de aceitunas recogidos, de los cuales se han obtenido 16.000 litros de aceite virgen extra. Estas cifras contrastan con las de la campaña anterior, en la que se recogieron 1.094.000 kilos de olivas y se elaboraron 161.000 litros de aceite, lo que supone un 90% menos de producción esta temporada.
Los malos datos se deben principalmente a una meteorología adversa para el olivar, caracterizada por la escasez de agua desde que finalizó la cosecha de 2021, seguida de las intensas lluvias de primavera y un exceso de calor prematuro que impidieron al fruto del olivo cuajar. Adicionalmente, el devastador incendio declarado en Bejís el pasado mes de agosto, que calcinó más de 19.000 hectáreas incluyendo cultivos, agravó una situación ya de por sí delicada.
Los agricultores, acuciados por la subida de los precios de los carburantes y de los fitosanitarios, son los máximos afectados por el descenso de la producción de aceitunas, muchos de los cuales no han llegado a recoger ni un solo kilo en sus campos después de todo un año de trabajo. La Cooperativa de Viver tiene 310 socios que habitualmente aportan olivas para la producción de su gama de aceites, liderada por el reconocido y apreciado aove Lágrima, elaborado exclusivamente con la oliva autóctona Serrana del Palancia, pero este año solo 140 socios, menos de la mitad de todos ellos, han podido llevar olivas a la almazara.
En términos económicos, el valor de la cosecha de aceitunas de este año ha sido de 115.000 euros, frente a los 911.000 euros de la temporada pasada, lo que supone una reducción de ingresos para los agricultores de casi 800.000 euros. A esta cifra se suma también la caída significativa de la producción de almendra, que a pesar de no ser tan contundente como la del olivar, ha supuesto un 50% menos de ingresos para los socios productores, pasando de 1.530.000 euros de valor de cosecha en 2021 a los 750.000 euros de este año. En total, los agricultores han dejado de percibir en torno a 1.576.000 euros a causa de la pésima temporada para ambos cultivos.
Más allá de las malas cifras de este año, que responden a factores circunstanciales, los números habituales dejan constancia -apunta la cooperativa- "de la capacidad productiva y económica de la agricultura en Viver, donde el sector agrícola es un claro valor de presente y una orgullosa excepción respecto a la tendencia general de pérdida de cultivos y decadencia del campo". Salvando una temporada tan aciaga como la actual, la comercialización de las producciones agrarias en torno a la Cooperativa de Viver refleja el incremento progresivo del valor de las principales cosechas (olivo, almendro, nogal y viña), las cuales han generado casi 2,3 millones de euros directos en 2021, un 139% más que en 2005.
La escasa producción de aceite de este año se destinará íntegramente a la hostelería, si bien las cantidades que se van a poder suministrar al sector son también mínimas. La estrategia de la Cooperativa es poder dar servicio en alguna medida a sus clientes restauradores como forma de hacer llegar su aceite a un público más amplio, ya que la venta directa de su gama de aoves, formada por Lágrima, Ohsade, Vivarium Green y Vivarium, a través de su tienda física, web y supermercados Charter, no estará disponible hasta la próxima temporada, a finales de 2023.
No obstante, para satisfacer de algún modo la demanda de los consumidores, la Cooperativa de Viver dispone de una segunda marca de aceite de oliva virgen extra, Benabal, elaborada por cooperativas amigas y que será la única que estará a la venta este año en sus distintos formatos de 5, 2, 1 y 0,5 litros.
El aceite es la producción predominante de la Cooperativa de Viver, que se fundó exclusivamente como almazara en 1990, si bien otros cultivos como la almendra y las nueces se han convertido también en prioritarios. Precisamente el nogal, así como la viña, han tenido una excelente temporada, por lo que las nueces y el vino vendrán a compensar en lo posible las malas cifras del aceite.
En este sentido, y como parte también de su estrategia de diversificación, la Cooperativa de Viver apuesta fuertemente por las experiencias de oleoturismo y enoturismo con el fin de promover la dinamización del territorio, dar a conocer la fragilidad e incertidumbre del sector agrícola y poner en valor sus productos.
En cuanto al olivar, el trabajo ahora está dirigido a preparar los campos para el invierno, podando y aplicando tratamientos preventivos, con vistas a recuperar los niveles normales de productividad de cara al próximo año.