Fotos: JAVIER VILAR/DIPUTACIÓN
CASTELLÓ. La Diputación de Castellón "mira el futuro" con un presupuesto récord de 193,7 millones de euros y 57,7 millones para inversiones. La primeras cuentas de la era Marta Barrachina persiguen "reforzar las competencias propias y eliminar la burocracia", así como elevar el listón "reivindicativo" de la institución supramunicipal frente a las administraciones autonómica y estatal.
Con cinco ejes muy definidos, la entidad destina 24 millones a la dinamización de la provincia; 13,6 millones a la atención de las personas; 5,3 millones a generar oportunidades y 4,1 millones a las tradiciones. Otras partidas significativas corresponden al Hospital Provincial (35,3 millones), al Consorcio de Bomberos (13 millones) y al gasto de personal (40,1 millones).
La aprobación del presupuesto en el pleno extraordinario de este martes evidenció la división de la oposición. El equipo de gobierno del PP sacó adelante la propuesta en solitario, con la abstención de Vox y los votos en contra del PSPV y Compromís. Tanto el portavoz de extrema derecha, Luciano Ferrer, como los líderes socialista, Samuel Falomir, y valencianista, David Guardiola, se mostraron críticos con las cuentas, pero con discursos ostensiblemente distintos, con tintes ideológicos y barriendo siempre para casa.
La presidenta resaltó que se trata de un proyecto económico "realista y eficaz, que tiene absoluto conocimiento de las necesidades de los castellonenses de toda la provincia y sabemos cómo aplicarlo". "Es la primera semilla con la que vamos a retornar el protagonismo y el desarrollo a esta tierra”, agregó para reprochar al Partido Socialista su actitud.
La vicepresidenta primera y diputada de Hacienda, Mª Ángeles Pallarés, se encargó de presentar las cuentas y afeó al anterior equipo de gobierno, integrado por el PSPV y Compromís, que "dilapidaran el remanente existente"". "Se han pasado la legislatura vigilándose mutuamente, lo que les ha dejado pocas fuerzas para gestionar la Diputación como merece la provincia", señaló.
"Hemos conseguido un presupuesto ajustado a la realidad de la provincia, que pretender volver a poner en valor la razón de ser de la Diputación y recuperar la institución útil al lado de los municipios", subrayó antes de iniciarse el debate con la participación de los distintos portavoces.
Ferrer, en la línea del ideario de Vox, habló del cambio climático y de la Agenda 2030. En este punto, aunque consideró "buenas las intenciones" del PP con su primer presupuesto, le recriminó la "politización y el toque ideológico". "Se han introducido partidas económicas que nada tienen que ver con el interés general", subrayó.
Guardiola criticó la "escasa voluntad de diálogo y acuerdo" del Partido Popular a la hora de elaborar el proyecto económico, que calificó de "insuficiente para atender las necesidades de los pueblos". No obstante, admitió que "algunas inversiones las compartimos porque muchas son continuidad del anterior equipo de gobierno". Sin embargo, insistió en que "no compartimos sus prioridades. Estos presupuestos no avanzan en la dirección que consideramos correcta y están lejos de compensar los recortes de Mazón. Estos presupuestos no han cumplido ni sus expectativas ni las de los pueblos", prosiguió.
Falomir, por su parte, subrayó que las cuentas "ponen de manifiestos que el PP no tenía ningún proyecto de futuro, pues nacen vacías de debate y de contenidos relevantes". "Nos ofende que haya heredado este gobierno los vicios del 'fabrismo', sin contar con nadie, pues Barrachina toma decisiones sin escuchar al municipalismo", aseveró.
El líder socialista aprovechó para advertir "si la falta de diálogo persiste, el año que viene no cuenten con nosotros. No son los presupuestos que la provincia merece, en los que no se plasman propuestas que reivindicaba el PP en la oposición". El vicepresidente tercero de la Diputación, Héctor Folgado, utilizó sus turnos de palabras para ensalzar el presupuesto, reprobar la labor del anterior ejecutivo y replicar a la oposición tras sus intervenciones.
El popular recriminó a Compromís el haber presentado enmiendas de adicción por representar "un bloqueo" al presupuesto. De hecho, el secretario del pleno aclaró que, en el caso de haberse aceptado, hubiese decaído el punto del presupuesto para rehacerlo. Dicho de otra manera, la aprobación se habría pospuesto. Además, echó en cara al PSPV su falta de implicación al no haber elevado ninguna propuesta.
El vicepresidente hizo hincapié en que el presupuesto 2024 no es el resultado del trabajo realizado en los cinco meses desde que comenzó la legislatura en cuanto a esa escucha activa para detectar las necesidades del conjunto de la provincia. Más bien, "llevamos cuatro años trabajando en los municipios, cuando estábamos en la oposición, conociendo sus necesidades". "Conocíamos lo que le hacía falta a esta casa y para que tenga capacidad de respuesta", destacó.
El pleno se ciñó al guion esperado, con un desarrollo liviano. Marta Barrachina reiteró su oferta de diálogo para consensuar con tiempo las siguientes cuentas, las de 2025.