CASTELLÓ. La Diputación de Castellón incide en el cuidado, recuperación y protección del patrimonio y arte sacro castellonense como un activo que contribuya a mejorar y generar nuevas oportunidades en los pueblos de la provincia. Como parte de este trabajo, el presidente de la corporación provincial, Javier Moliner, ha formalizado la renovación de los convenios de colaboración que mantiene con los dos obispados de la provincia, el de la Dióceis Segorbe-Castellón y el de Tortosa, para continuar su trabajo de restauración. Los convenios contemplan la aportación de 60.000 euros en cada uno de ellos por parte de la Diputación.
Tras la firma de los convenios, Moliner ha asegurado que “la apuesta de la Diputación desde hace años nos ha servido para que una buena parte del principal patrimonio histórico que conserva esta tierra y que está vinculado a nuestra historia religiosa, a nuestra historia cristiana, a toda la evolución que el hecho de la fe ha ido sembrando a lo largo de todo el territorio esté en un buen estado. Eso se traduce en que mantengamos elementos que hoy se constituyen como el mejor museo de cada uno de los rincones de esta provincia”.
Es por ello que el presidente provincial ha explicado que “todos tenemos la obligación y el compromiso de trabajar día a día dejando la semilla a las futuras generaciones para que ese patrimonio en un futuro pueda estar en mejores condiciones que como lo hemos recibido. Y creo que este trabajo conjunto de los dos obispados junto a la Diputación está sirviendo para que hoy podamos sentirnos profundamente orgullosos de ver una buena parte de esas obras en un estado de conservación óptimo y además poderlas lucir”.
Una colaboración que también ha puesto en valor el obispo de la diócesis de Tortosa, Enrique Benavent. “Estamos muy contentos con este cuarto convenio con la Diputación porque pensamos que nos ayuda a conservar un patrimonio que está al servicio de los pueblos. Pienso que una obligación tanto de las instituciones públicas como de los obispados es estimar aquello que los pueblos estiman. Y la sensibilidad que la Diputación de Castellón hacia el patrimonio religioso ha permitido conservar muchas piezas de mucho valor, restaurarlas, y para los pueblos es también un orgullo ser los depositarios de estas piezas”.
Un mensaje con el que ha coincidido el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López, quien ha querido “agradecer públicamente la sensibilidad que ha tenido la Diputación para colaborar en orden de recuperar el patrimonio religioso, que es un patrimonio de nuestros pueblos. Recuperar nuestro pasado es saber de dónde venimos, la raíces de nuestros pueblos. Hablamos de la fijación de población en el mundo rural, de la despoblación, y qué duda cabe que esto es un granito de arena, porque a veces el único patrimonio que hay en el pueblo es el patrimonio religioso, eclesiástico, y eso es una seña de identidad del pueblo”.
La colaboración de la Diputación con los obispados es parte del trabajo de restauración de patrimonio sacro que realiza la corporación provincial a través de su servicio de Restauración. Buena muestra de ello es la cuarta edición de la exposición de arte sacro más ambiciosa de la provincia, La Llum de la Memòria, que permanece desde el pasado lunes y hasta el próximo mes de julio en Castelló tras haber recabado la visita de miles de visitantes en sus sedes anteriores en Villahermosa del Río, Benassal-Castellfort y Caudiel-Jérica.