VILA-REAL. La estación intermodal de Vila-real da un paso hacia adelante y está más cerca de ser una realidad. El Ayuntamiento ha licitado las obras de urbanización del entorno de Renfe para el futuro intercambiador de transportes por 194.214,88 euros. Las obras tienen un plazo de ejecución de seis meses y las empresas que quieran concursar tendrán hasta el 4 de julio para presentar las ofertas, por lo que previsiblemente la nueva estación intermodal se materializará a principios de 2023.
La actuación incluye la reurbanización de la zona con aceras más amplias y adaptadas, también contempla la renovación de firmes y la cambio completo de arbolado, más acorde al entorno y menos agresivo con la nueva pavimentación. El proyecto contempla que se planten plataneros de sombra (Platanus x hispanica) y naranjos.
También se sustituirán las luminarias, colocando nueva iluminación LED más sostenible con un sistema antivandalismo. Con este cambio también se busca aumentar la seguridad en el tránsito de peatones.
El consistorio pretende diseñar el espacio libre con un mobiliario, y equipamiento adecuado y acorde a su identidad urbana, como espacio emergente, para que se convierta en un "foco de oportunidad para crear una zona con un rol activo del municipio". Para ello, se creará una nueva zona de sombra con la instalación de una marquesina intermodal, que pretende ser "el hito visual de la zona". El proyecto ha sido diseñado por el despacho vila-realense Decania Arquitectura e incluye la cerámica como material predominante en algunos elementos como la marquesina, que estará elaborada de acero y láminas cerámicas de color amarillo. Coronando la marquesina se colocarán unas letras también de material cerámico con el nombre de la ciudad.
Todo ello con el objetivo de dotar a Vila-real de un nexo de unión de diferentes modelos de transporte sostenible, pues unirá la estación de trenes, con una estación de autobuses y también contará con parking adaptado para bicicletas. Además, este espacio será un punto de relación y descanso a la vez que se amplía el itinerario peatonal mediante aceras más anchas y se rediseñan las calles de tráfico rodado, reorganizando toda la zona.
Estas obras suponen la segunda fase de acondicionamiento de la zona, tras la actuación que acometió Adif en el aparcamiento de la estación. Se trata de un proyecto que se inició en 2020 y para el que las dos entidades (Ayuntamiento y Ministerio de Transportes) crearon una comisión de seguimiento para realizar las obras. Sin embargo, uno de los puntos más problemáticos de la estación de trenes de Vila-real todavía tendrá que esperar. Se trata de la pasarela elevada que cruza las vías, un elemento que el propio alcalde ya denunció que “no responde a la necesidad que esta ciudad tiene de cara al futuro". Pese a que Adif se ha comprometido a eliminarla y sustituirla por un paso subterráneo, esta obra se llevará a cabo una vez concluya la urbanización del entorno que ahora acaba de licitarse.
