CASTELLÓ. La factura del gas de 2022 del sector azulejero arroja dos datos que reflejan la delicada situación de la industria gasintensiva. El azulejo pagó 1.276 millones de euros de gas natural -lo que supone un 88% más que en 2021- pese a haber reducido su consumo un 13%. Así se refleja en un informe de ASCER elaborado a través de encuesta interna con muestra representativa del 96% del
consumo de gas y del 93% del consumo de electricidad.
De media, el precio del gas para las empresas fabricantes de baldosas cerámicas se ha incrementado en 2022 un 128%. Estas cifras vienen a confirmar lo que el sector denuncia desde hace más de un año, y es que el incremento del precio del gas desde el último trimestre de 2021 -y en especial desde la invasión de Ucrania- están lastrando la competitividad de la industria cerámica española. Durante 2022 el incremento de los precios de la energía fue constante llegando a picos inusualmente altos durante los meses de verano. En el inicio de la guerra, el 7 de marzo el TTF alcanzó un precio medio de 227,20 €/MWh y en agosto se registró el pico máximo de precio el 26 de agosto con 306 €/MWh.
"El impacto en las empresas de este incremento de precios es muy grave y ha afectado de lleno a la liquidez y la tesorería", explica el secretario general de Ascer, Alberto Echavarria. Además, el secretario general de la patronal azulejera también pone el foco en la relación directa entre consumo de gas y producción. "La bajada del 13% en el consumo de gas natural está alineada con la merma en la producción que ha sido del 15%", señala.
En cuanto a la factura de la electricidad, cabe destacar varios factores. Y es que aunque el consumo se redujo un 7% principalmente por la caída productiva. La factura eléctrica sectorial fue de 406 millones de euros, con un crecimiento del 56% respecto al año anterior. La media ponderada del precio de la electricidad ha incrementado para las empresas fabricantes de baldosas cerámicas en 2022 un 89%. Uno de los factores a tener en cuenta es que 2022 se ha producido un importante aumento de la potencia instalada de generación fotovoltaica en el sector, con un incremento de más del 150%.
Sin embargo, todavía la generación renovable representa un porcentaje de consumo de electricidad sectorial limitado y con margen de crecimiento. Por el contrario, debido al incremento del coste del gas y la falta de un marco retributivo estable y adecuado, la producción de electricidad a partir de cogeneración en el sector ha disminuido un 20,4%.
Entre gas y electricidad, la factura energética del sector en 2022 ascendió a 1.683 millones de euros, un 79% más que en 2021. Esto implica que la industria azulejera ha destinado tres de cada diez euros de su facturación a pagar costes energéticos. "El peso de la energía ha ido incrementándose, pasó del 13% al 19% y en 2022 ya fue del 30% de la facturación", explica Echavarria.
En línea con la caída de consumo de gas y de producción, el sector azulejero redujo sus emisiones de carbono un 12% en 2022, según la citada encuesta de Ascer. Hay que recordar que el sector está incluido en el Régimen de Comercio Derecho de Emisiones (EU ETS) y considerado en riesgo de fuga de carbono, y como tal recibe asignaciones gratuitas de derechos de emisión. Las empresas deficitarias en asignaciones han debido acudir al mercado de derechos de emisión y el coste total sectorial para el sector de la compra de derechos de emisión ha sido en 2022 de 57,5 millones de euros (-8% respecto de 2021).
Sin embargo, el precio medio de la tonelada de CO2 durante 2022 aumentó una media del 51%, pasando de 53,55 euros/tCO2 a una media de 80,87 euros/tCO2. Esta es otra de las reclamaciones históricas del sector, y es que la industria cerámica denuncia que el mercado de derechos de emisiones se ha convertido en un mercado especulativo que no se corresponde con el coste real."Hace un par de años el mercado de derechos de C02 era uno de nuestros principales problemas y ahora, pese a que la situación ha empeorado, ha quedado relegado a un segundo plano porque los costes energéticos preocupan todavía más", manifestó el pasado mes de diciembre el vicepresidente de Ascer, Miguel Nicolás. En este sentido la patronal azulejera recuerda que a pesar de que han reducido las emisiones un 60% respecto a la década de los 80 todavía no existe ningún vector energético lo suficientemente desarrollado para poder sustituir al gas natural en la producción cerámica. ASCER se ha adherido a la Alianza por el Biometano que apoya una mayor ambición en el despliegue de plantas de producción de biometano para dar una respuesta eficiente a la descarbonización del modelo productivo, al tiempo que fomenta la competitividad, la economía circular.
En consecuencia, la factura sectorial de energía y de CO2 en 2022 alcanzó los 1.740,5 millones de euros. Desde la patronal insisten en señalar que la subida exponencial de los precios energéticos y la falta de ayudas públicas contundentes está teniendo un impacto directo en la competitividad del sector. "Como venimos alertando desde hace más de un año, la industria cerámica española ha ido perdiendo competitividad en nuestros mercados estratégicos frente a nuestros competidores. La brecha se ha ido agrandando además de manera artificial puesto que competimos con estos mercados europeos que sí que han recibido ayudas importantes de sus gobiernos y aquí en España seguimos esperando esas ayudas todavía", ha lamentado Alberto Echavarria.