CASTELLÓ. El 13 de marzo de 2011, Castelló vivió una de las inauguraciones más esperadas de las últimas décadas. El Palau de la Festa, una pretérita reivindicación del món fester, dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad. Ante más de 1.700 invitados, el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y el alcalde de la capital de la Plana, Alberto Fabra, ejercieron de anfitriones. La plana mayor del PPCV no se perdió la cita. Entre las caras conocidas, además del líder del PPCS y presidente de la Diputación Provincial, Carlos Fabra, destacaron el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla; y los consellers Manuel Cervera y Alejandro Font de Mora.
La puesta de largo del edificio resultó histórica, ya que se hizo coincidir, además, con la Galanía, un acto que marcó el inicio de la Magdalena de aquel año. Las cifras del proyecto no dejaron indiferente a nadie: 7,6 millones de euros de inversión (3,7 millones aportados por el Consell), 5.684,13 metros cuadrados de recinto sobre una parcela de 27.611 m2, 1.530 paneles cerámicos de 50x100 centímetros cada uno, un salón de actos con capacidad para 900 personas, etcétera. En efecto, un inmueble vanguardista que supuso un antes y un después para las fiestas.
Más de 11 años después de aquella inauguración, la Conselleria de Cultura y Educación sigue pagando la obra. No a la adjudicataria, a la que se abonó la totalidad del dinero una vez finalizó la actuación, sino a la institución supramunicipal por el acuerdo plurianual de infraestructuras culturales de la provincia del periodo 1998-2024. Fuentes de la administración autonómica señalan que el débito se contrajo al adelantar la Diputación la parte correspondiente al Consell.
Esa deuda se traduce en que desde la irrupción del Botànic los presupuestos de la Conselleria de Cultura y Educación incluyen cada año una partida específica para amortizar la construcción del Palau de la Festa. Hasta este curso, se han destinado 850.000 euros: 25.000 euros en 2016, 157.000 en 2017, 93.000 euros en 2018, 100.000 euros en 2019 y 2020 y 200.000 euros en 2021 y 2022. Para las cuentas de 2023 se recoge la mayor cuantía con 693.000 euros.
Las mismas fuentes desconocen si esa suma se repetirá en las previsiones económicas para 2024, año en que en teoría debería saldarse el pasivo. Aunque el inmueble costó 7,6 millones de euros, el Ayuntamiento de Castelló tuvo que solicitar en 2014 un crédito por más de dos millones para financiar el Palau de la Festa. Así, lo denunció la entonces portavoz adjunta de Compromís en el consistorio, Ali Brancal, quien cifró la inversión final en más de 9 millones de euros.
Asimismo, la concejala valencianista advirtió sobre los reiterados incumplimientos de la Generalitat, bajo el control del PP, sin haber desembolsado ni un euro de las cantidades pactadas para 2012 (45.000 euros), 2013 (22.000 euros) y 2014 (20.000 euros). Del mismo modo, recordó que el Consell tampoco había reconocido los 2.157.000 euros de su aportación para ejecutar el inmueble. "Estamos seguros que eso todavía retrasará más el posible y hipotético pago de la Conselleria", declaró.
Tras haber transcurrido dos legislaturas, el Palau de la Festa de Castelló continúa apareciendo en las cuentas del Consell como herencia de los gobiernos del Partido Popular.