CASTELLÓ. (EP). Investigadores de la Universitat Jaume I de Castelló han realizado un estudio entre personal de centros sanitarios españoles que demuestra que la inteligencia emocional tiene un efecto directo "significativo" en el desarrollo laboral individual y que el compromiso profesional interviene como mediador entre la inteligencia emocional y el desempeño laboral. En las conclusiones, el equipo investigador aboga por "políticas de autoprotección y de fomento de la protección de la salud entre el personal que trabaja en sanidad".
De acuerdo con los resultados de las más de mil quinientas encuestas recogidas, los profesionales de la sanidad que exhiben niveles elevados de inteligencia emocional disponen de herramientas más ingeniosas a la hora de afrontar temas complejos o exigentes en el trabajo y, a la vez, maximizan su compromiso laboral, lo que promueve una percepción sostenida en el tiempo de eficacia y mejora el indicador del rendimiento laboral.
Por eso, los investigadores consideran necesario el desarrollo proactivo de las competencias emocionales del personal de salud, especialmente en contextos de alta demanda emocional, según ha informado la UJI en un comunicado.
El estudio titulado 'Profesionales de la salud en medio de la pandemia de COVID-19: cómo la inteligencia emocional puede mejorar el desarrollo laboral atravesando el papel mediador del compromiso laboral' ha sido publicado recientemente en el Journal of Clinical Medicine por los investigadores Martín Sánchez-Gómez, Max Sadovyy y Edgar Bresó del Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología de la UJI.
Esta y otras publicaciones forman parte del proyecto 'Desarrollo de un programa de alfabetización emocional orientado a la promoción del liderazgo emocional y equipos de trabajo "emocionalmente inteligentes"' financiado por la UJI con el apoyo de la Generalitat Valenciana y el Fondo Social Europeo. En esta línea de investigación, otra de las conclusiones del estudio indica que "la construcción de una cultura organizacional interna cooperativa es fundamental para garantizar niveles adecuados de inteligencia emocional, acompañada por el compromiso de un liderazgo empoderado".
En opinión de los investigadores, la atención en salud no depende únicamente de los conocimientos del personal sanitario, sino que también es un tema de empatía y de comunicación con los pacientes.
Por eso, han comentado, "los esfuerzos de comunicación en este ámbito tienen que priorizar la mejora de la confianza en uno mismo para realizar de forma competente las asignaciones clínicas", y han destacado el papel de la inteligencia emocional como variable empoderadora particularmente valiosa en la exigencia de estos contextos laborales, como ha ocurrido durante la pandemia.
El estudio se ha realizado durante el segundo semestre de 2020 y han participado 1.549 profesionales sanitarios con una edad media de 37 años. El 62,1 por ciento eran mujeres, la experiencia laboral media superaba los ocho años y la antiguedad organizativa los seis años. La muestra ha estado constituida por profesionales sanitarios como médicos y médicas (26,9%); personal de enfermería (43,4%), porteadores (17,2%) y otros profesionales de los ámbitos de la psicología o fisioterapia.
El análisis de la variable 'compromiso laboral', caracterizada como una experiencia placentera y una satisfactoria condición mental asociada a la ocupación profesional, se entiende expresada en tres facetas: vigor o la voluntad de verter energía, dedicación o el entusiasmo para participar y ser socialmente proactivo, y absorción o la tendencia a inclinarse hacia un acercamiento y atención. En el estudio, el vigor ha sido la dimensión que ha producido mayor impacto, lo que sugiere que este componente es un mediador fundamental en la relación entre la inteligencia emocional y el trabajo.