CASTELLÓ. Una de las notas positivas del CD Castellón en lo que va de temporada es la irrupción de jóvenes jugadores procedentes del filial, quienes, poco a poco, están aprovechando las oportunidades que les ha brindado Sergi Escobar para demostrar que el ascenso del amateur no fue casualidad sino fruto de una hornada de futbolistas con futuro en el primer equipo.
Los mejores momentos del conjunto albinegro, a lo largo de su historia, siempre han coincidido con una presencia importante de gent de la casa. En este sentido, la travesía por Tercera División de la entidad debilitó gravemente la cantera y favoreció la salida de talento hacia otros clubes. La llegada del actual consejo a la entidad castellonense también sirvió para sentar las bases de la reconstrucción del fútbol base. En apenas unos años, la estructura de la cantera ha ido creciendo y aglutinando buenos profesionales.
Hoy en día, Aarón y Bilal son, a todos los efectos, jugadores del primer equipo. Koke y Marc Pitarch, junto al todavía juvenil Pol Pla, están en dinámica semanal del primer equipo. De hecho, Koke fue titular por primera vez esta temporada el pasado viernes ante el Atlético Sanluqueño. Bilal lo ha sido ya en dos ocasiones, mientras que Aarón también disputó sus primeros minutos de esta temporada en la última jornada. Escobar ya les hizo debutar en Segunda División en la última jornada de la pasada campaña. Aarón y Koke fueron titulares en Málaga.
De todos ellos, Aarón es el veterano del grupo. Natural de Castelló, desde benjamines, toda su etapa formativa, excepto un pequeño paréntesis en Rafalafena, la ha pasado vestido de albinegro. Es el capitán del amateur, el autor del gol del ascenso en Xátiva. Su entrenador del filial, Iván Campos, no escatima elogios para él: "El año pasado la Regional Preferente se le quedaba pequeña. Debutó en Segunda haciendo las mismas cosas que hubiera hecho en el filial. Eso dice mucho de su personalidad. Tarde o temprano le llegará su oportunidad y sé que la aprovechará".
Bilal Khandoussi llegó la temporada 19/20. Óscar Cano y Elías Martí, entonces entrenadores del primer equipo, aceptaron tenerlo a prueba. Llegaba de la cantera del Real Madrid. Cano le hizo debutar con el CD Castellón ante el CE Sabadell en el estadio Castalia. Ya no tuvo ninguna oportunidad más. La pasada temporada empezó con el filial para después marchar cedido a la UD Logroñés en 2ª B. Regresó al amateur y fue pieza clave en el ascenso: "Tiene algo diferente al resto. Fue muy importante en el play-off. Tiene ese plus", asegura el preparador del filial.
Koke llegó la misma temporada. La 19/20 lo fichó el director de la cantera, Iván Medall, del juvenil de División de Honor del Torrelevante. Natural de Montcada (Valencia), la pasada temporada en los entrenamientos del primer equipo sorprendió a Juan Carlos Garrido por su potencia en el uno contra uno. Pero fue Escobar quien le dio la oportunidad en el último encuentro disputado en La Rosaleda.
En el choque ante el Atlético Sanluqueño fue titular y demostró parte de su repertorio. Según comenta Iván Campos: "Es capaz de todo en el campo. Cuando encara es imparable porque tiene una arrancada brutal. Si es capaz de mejorar en la toma de decisiones, explotará".
Marc Pitarch (1,90), nacido en Ares del Maestrat, llegó al club la misma temporada 2019/2020. Medall le fichó del juvenil del Eibar. Anteriormente se había formado en el Primer Toque. Es un delantero con capacidad goleadora que ya ha demostrado en el filial que es "un seis en todo, pero tiene dos virtudes muy importantes: es un trabajador al servicio del equipo y es muy buen definidor. Fue la referencia en el amateur, aunque con cuatro delanteros por delante en el primer equipo no lo va a tener fácil. Así que trabajo y paciencia", le recomienda el técnico que le sigue dirigiendo en el filial albinegro.
Estos son los cuatro jugadores que ya han asomado desde el amateur, pero Diego Radiu, que es centrocampista, también está entrando en las convocatorias. Pol Pla, defensa central también castellonense y todavía en edad juvenil, ha hecho la pretemporada con el primer equipo, con el que entrena con asiduidad. Central zurdo y corpulento (1,93), tiene mucho futuro si continúa su evolución.
Es cuestión de tiempo que el trabajo bien hecho de los técnicos de la cantera dé sus frutos. Ahora depende de ellos, de éstos jóvenes jugadores. Tienen a todo un referente como Pablo Hernández a su lado en el día a día. Y a dos históricos de la exitosa cantera del Bovalar como Emilio Isierte (segundo entrenador) y Toni Manchado (delegado) para tener siempre bien presente lo que representa vestir la zamarra albinegra. Ese es el camino. Los jugadores de casa siempre han sido importantes en los mejores momentos deportivos del club. Un club que intenta recuperar el peso de su cantera.