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La ministra Pilar Alegría, una aragonesa más que pasa sus vacaciones en Benicàssim desde hace años
Pilar Alegría firma en el libro de honor de Castelló en su primera visita como ministra. Foto: ANTONIO PRADAS
14/08/2022 -
CASTELLÓ. La visita de la ministra de Educación, Pilar Alegría, a Castelló el pasado viernes causó cierta extrañeza. No por su presencia en sí, sino por el principal motivo de su supuesto viaje relámpago. Desplazarse hasta la capital de la Plana para interesarse por un proyecto ajeno a sus competencias, como es la reforma de la avenida Lidón, generó incluso desconcierto entre algunos concejales del equipo de gobierno del Ayuntamiento.
Sin embargo, como en la vida, todo tiene una explicación. Nacida el 1 de noviembre de 1977 en el pueblo de La Zaida (Zaragoza), es una de las miles de aragonesas (y aragoneses) que cada verano elige un municipio costero de la provincia para pasar las vacaciones. En su caso, se trata de Benicàssim, donde lleva años disfrutando del sol, la playa y la gastronomía en agosto.
Desde hace unos días, Alegría busca desconectar en su rincón exclusivo. No obstante, el viernes decidió hacer un paréntesis para acudir a la multinacional bp y posteriormente a Lidón. No es la primera integrante de un Gobierno de España, ni tampoco será la última, que escoge Castellón para desconectar.
La vinculación de Aznar con Oropesa
En este sentido, el caso más conocido de un político especialmente enamorado del litoral castellonense es José María Aznar, quien pasó muchos años veraneando en Oropesa del Mar. Desde que descubrió Platgetes de Bellver en 1990, siendo entonces jefe de la oposición como líder del PP, sus escapadas de estío se sucedieron en infinidad de ocasiones (hasta 2001). Ni siquiera cambió de escondite cuando se convirtió en presidente del Ejecutivo. Al menos, en sus inicios. De hecho, en 1996 se alojó en una villa en primera línea de playa que le cedió el fundador del Grupo Porcelanosa, José Soriano.
Aznar provocó un efecto llamada y durante aquella época varios miembros de su gobierno también se dejaron seducir por la costa de Castellón. Así le ocurrió, por ejemplo, al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.
