CASTELLÓ. La patronal estatal de las empresas de limpieza augura despidos entre las trabajadoras que actualmente desempeñan las tareas en los hospitales y áreas de salud de la Comunitat Valenciana. Se producirán, lamenta, a partir de la entrada en vigor del futuro contrato que regule la actividad, que la Conselleria de Sanidad acaba de sacar de nuevo a licitación después de que el Tribunal de Recursos Contractuales le haya obligado a modificar los pliegos del primer concurso y por tanto volver a licitarlo.
El megacontrato ha salido a concurso por el mismo importe que el anterior (175,8 millones de euros de presupuesto base anual y un valor estimado de 474 millones) a pesar de que el tribunal que depende del Ministerio de Hacienda ha obligado a Sanidad a eliminar dos puntos de los pliegos que se refieren a la conciliación de la vida familiar y a la estabilidad en los contratos. No en vano, esto era "totalmente injusto" y no se ajustaba a la legalidad, señala el presidente de la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Aspel), Juan Díez.
El único cambio respecto al concurso anterior es la eliminación de estos dos artículos. Con ello, los puntos que aportaban para valorar las propuestas "se han repartido entre el resto del articulado", señala Díez. Así las cosas, Sanidad no ha aprovechado la nueva oportunidad para incluir en los pliegos fórmulas que garanticen la estabilidad laboral, tal y como han reivindicado los sindicatos y se había pactado en la comisión tripartita entre estos, la patronal y la dirección general de Trabajo.
Este órgano acordó en su día "que el concurso incluyera la posibilidad de la variación de precio" porque, a los dos años iniciales, se suman otros tres de prórrogas -"obligatorias para las empresas", censura Díez, si así lo desea la Administración- y en esos cinco años se pueden dar variaciones en los salarios en virtud de la negociación de los diferentes convenios colectivos.
En esta tesitura, y después de que el anterior concurso ya recibiera críticas desde todas las ramas de la actividad -"la Conselleria ha conseguido unir a los sindicatos y la patronal", ironiza el presidente de esta-, la estabilidad en los empleos a partir de la entrada en vigor del nuevo contrato está en entredicho. Y es que, aunque "la primera obligación es subrogarse" al personal, "si la oferta elegida es muy baja e incluye todo lo que pide el pliego... El papel lo aguantará todo, pero las personas veremos, al final la cadena se romperá por el eslabón más débil", vaticina Díez.
Aunque todavía "estamos valorando los pliegos", el presidente de Aspel muestra reticencias a la hora de recurrir de nuevo el concurso. Y es que, "ya nos han dado la razón en dos puntos y en el que no nos la han dado, no nos la van a dar ahora", señala.
Así las cosas, las empresas tienen hasta el 6 de octubre para presentar sus propuestas a un contrato que recoge la obligatoriedad de subrogarse a 3.603 trabajadoras (en su mayoría mujeres) de los 23 departamentos de salud en que se divide la Comunitat. "El precio no cubre las plantillas actuales. Se le dan bofetadas al servicio de limpieza cuando lo que se necesita es más servicio de limpieza", se lamenta el presidente de Aspel en pleno auge del coronavirus.