CASTELLÓ. El acuerdo de las cuotas de la pesca pactado en el seno del Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea sigue sin satisfacer al sector pesquero del Mediterráneo por el esfuerzo que se le exige para evitar un recorte en los días de faena. El documento baja el ajuste propuesto en el arrastre del 79% al 66% en 2025 y 2026 pero posibilita la recuperación de jornadas, con un máximo de las 130 actuales, si se aplican en España seis medidas compensatorias medioambientales. Si no se implementan, las barcas de arrastre solo podrán salir 44 días.
El ministro de Agricultura y pesca, Luis Planas, ha valorado el acuerdo y ha subrayado que si se ejecutan todas las medidas los pescadores de arrastre podrán salir a la mar los 130 días. No obstante, la idea inicial del Gobierno era buscar entre los Estados miembros el bloqueo de la propuesta primera de la Comisión Europea -que preveía solo 27 días-.
Planas negoció para ello con otros dos países afectados como Francia e Italia, sumando a Polonia, Croacia, Portugal y Malta, pero la adhesión del ejecutivo galo no estaba clara y se temía que se descolgara de la entente, lo que habría impedido el veto y habría salido la rebaja del 79%. Ante ello, el ministro optó en el Consejo por intentar minimizar el planteamiento primigenio introduciendo un mecanismo de compensación sostenible que pueda contener la reducción del 66% de los días de marea. De ahí que Planas haya celebrado los resultados de la negociación.
Pero las cofradías del Mediterráneo español son reacias ante las condiciones pactadas "por el esfuerzo que se exige al sector" para poder faenar los mismos días, según el presidente de la Federación Provincial de Pesca, Manuel Fresquet. El sector está a la espera de que el ministerio les dé traslado del documento definitivo que les clarifique cómo ejecutar las iniciativas correctoras así como las ayudas públicas que el ministerio ha anunciado que destinará.
Son 12 medidas sostenibles las que se han de llevar a cabo para evitar el ajuste del 66%, de las cuales se aplican 6 en España. "Si la flota del Mediterráneo quiere poder pescar los mismos días que el año 2024 debe incrementar el tamaño del arte a 45 y 50 milímetros, debe sustituir las puertas, hacer vedas en determinadas zonas, y cuanto mayor porcentaje de la flota lo haga se irá incrementando el número de días de pesca. El máximo de días para España sería el del año 2024", reiteran desde la organización provincial.
En este sentido, las cofradías de los cinco puertos se reunirán este jueves para analizar las cuotas de 2025 y 2026. Pero de entrada, la pesca de Castellón muestra se descontento con el pacto de la UE. "Tenemos que ver qué dice el texto aclaratorio, pero ponen otro parche y al final se están cargando al sector a marcha forzadas", sostiene el responsable de la entidad provincial y patrón mayor de Vinaròs, que añade que se apunta que para conseguir una compensación total las actuaciones se deberán llevar a cabo de forma conjunta en los puertos del Mediterráneo.
También han expresado su oposición diferentes gobiernos de autonomías afectadas como Andalucía y Murcia, así como el propio presidente del Consell, Carlos Mazón, quien ha lamentado que la decisión de la Unión Europea supone "el desmantelamiento del sector pesquero, que en la Comunitat Valenciana alcanzan los 201 buques de arrastre, con una pérdida económica anual de 85 millones de euros y la eliminación de 4.000 puestos de trabajo directos e indirectos en nuestro territorio".
El sector remarca que el arrastre ya perdió 26 días de actividad en 2024, de 156 a 130. Y no ha sido el única reducción que le ha impuesto Europa en los últimos años para mejorar la biodiversidad del Mediterráneo. Así, en cinco años, el arrastre español ha disminuido sus días de pesca un 40%. De hecho, el patrón de Vinaròs recordaba recientemente que las capturas en esta modalidad habían crecido en esta campaña pero que les faltaba días de faena.
En este sentido, la flota pesquera de Castellón ha registrado el desguace de 8 barcas de arrastre desde 2019, pasando de 68 a 60. Este descenso se ha dado en el conjunto del sector, que desde entonces ha bajado de 173 a 150 barcos. La UE exige nuevas obligaciones para garantizar la supervivencia de los caladeros pero con unas condiciones que los pescadores siguen viendo "inviables".