CASTELLÓN. La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Cambio Climático solo ha materializado, a día de hoy, poco más de 6 millones de euros de los 52 que gestiona en virtud del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) para el período 2014-2020. Según cifras del propio gabinete que dirige Elena Cebrián, hasta el momento únicamente ha conseguido hacer llegar al sector pesquero el 11,6% de las ayudas que, fundamentalmente desde Bruselas, pero también desde Madrid y con fondos autonómicos, distribuye la Generalitat para este fin. Y ello en un sector que no atraviesa, precisamente, por su mejor momento.
Desde la Conselleria, el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes, atribuye la baja ejecución a la "complejidad administrativa" que el propio programa operativo europeo impone a la tramitación de los expedientes de ayudas, algo "que ya hemos trasladado a Europa". Además, recuerda que las barcas con una sanción grave no pueden acceder a las ayudas y, en un sector como la pesca, con tantas inspecciones, "es rara la barca que no tiene sanciones".
Sobre esto, el presidente de la Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunitat Valenciana (Coincopesca CV), José Ignacio Llorca, critica que en un principio se admita a trámite la solicitud de ayuda y después "cuando el armador ya ha realizado el paro biológico", esta llegue denegada a raíz de la sanción. Asimismo, Llanes achaca la problemática de las subvenciones, "que nos preocupa mucho", también a la tardía aprobación de la normativa en España, que se materializó en noviembre de 2015, un año y medio después de que el FEMP fuese aprobado por Bruselas.
El director general de Pesca apunta asimismo a "cierta atonía" en el sector a la hora de solicitar las subvenciones. Pero lo cierto es que no es fácil acceder a los 39,2 millones que llegan directamente del FEMP y a los casi 13 que aportan el Gobierno central y la Generalitat. La Conselleria tiene habilitadas siete líneas de ayudas, pero prácticamente solo se utiliza una: la que subvenciona la paralización temporal de los buques para la regeneración de los caladeros. Y esta ayuda llega siempre con varios años de retraso. De hecho, desde el gabinete autonómico reconocen que los armadores todavía no han cobrado el montante de 2017, algo que sí han hecho la mayoría de las comunidades, como la vecina Cataluña.
Aunque desde Conselleria han transmitido al sector que la ayuda por las vedas de 2017 la cobrarán la semana que viene, cuando se celebra la conferencia sectorial de pesca (que también debe de servir de punto de partida para convocar las ayudas de 2018, aún en el limbo) el retraso evidencia las dificultades para acceder a un dinero que aportaría cierto alivio al sector. De hecho, otra línea de ayudas para la paralización temporal de las barcas, la destinada a los marineros, nunca se utiliza. Ello se debe a que los trabajadores prefieren acogerse al subsidio por desempleo, a pesar de que consumen paro acumulado, porque para cobrar las ayudas europeas y que tramita la Generalitat deberían esperarse varios años, tal y como hacen los armadores.
Del resto de líneas (fomento de una pesca sostenible; acuicultura sostenible; comercialización y transformación; a agrupaciones de defensa sanitaria, formación y diversificación de la actividad pesquera; y a los grupos de acción local), la ejecución es muy baja, como reconocen desde la propia Conselleria. Como muestra, un botón: la prioridad 1, promover pesquerías ambientalmente sostenibles, solo ha recibido fondos por valor de 683.603,58 euros en toda la Comunitat.
Otra de las prioridades del FEMP, la creación e impulso a los grupos de acción local para que actúen de forma global en la búsqueda de nuevos nichos de viabilidad para el sector, tampoco está siendo efectiva. Llorca apunta que la actividad de los mismos es muy baja un año y medio después de que se publicase la primera orden de ayudas en agosto de 2017. Y Llanes reconoce que tampoco están solicitando fondos en base a la segunda convocatoria.
Asimismo, en cuanto a las inversiones en la modernización de los buques, desde el sector se critica la excesiva acotación de los plazos para presentar las solicitudes. Al contrario que en el programa anterior (que se prolongó hasta 2013), cuando se podía presentar la documentación a lo largo de todo el año, ahora "solo hay 20 días en junio", apunta un armador, algo que se debe a las exigencias "de la Intervención Delegada de Hacienda" que depende del Ministerio, apunta Llanes. El año pasado, en Cataluña, el plazo fue de un mes para la solicitud y de seis para la ejecución y jusitificación de las inversiones.
Asimismo, desde el sector censuran que la Administración va retirando elementos subvencionables, como las ecosondas "que sí reciben subvenciones en el Cantábrico y Cataluña y que me denegaron porque dicen que con ella pesco más, cuando en realidad permite ver si el pescado tiene el tamaño", señala el armador.
Con todo ello, el presidente de los marineros de la Comunitat se lamenta de las trabas que tienen que superar: "La cuestión es que todo es muy lento, después tardan mucho en pagarnos y en muchas ocasiones nos encontramos que hay ayudas que hemos pedido y no nos han dado por cualquier cosa".
Por el contrario, desde la Conselleria aseguran que la baja ejecución es algo habitual en toda la Unión Europea y recuerdan que el plazo para ejecutar los 52 millones de euros del FEMP 2014-2020 finaliza en 2023, "con lo que si realmente hay solicitudes se puede completar la ejecución del mismo". Pero para que de verdad se haga efectiva la llegada de las ayudas, la colaboración deberá ser mucho más estrecha.