AL TRIPARTITO LE SALEN LAS CUENTAS PARA RETIRAR EL MONUMENTO ANTES DEL 24 DE DICIEMBRE

La primera Navidad sin cruz: el objetivo del Acord de Fadrell con Ribalta

Foto: ANTONIO PRADAS
4/11/2022 - 

CASTELLÓ. Al Acord de Fadrell le salen las cuentas para eliminar la cruz de Ribalta en los dos meses que quedan de 2022. El portavoz del gobierno municipal, José Luis López, se muestra incluso tajante respecto a la finalización de la ejecución. "La retirada se producirá antes de Navidad", sentencia. El proyecto tiene una duración de seis semanas y, además de trasladar el monumento a su nuevo emplazamiento, contempla la restitución del jardín de 1926.

Una vez que ya existe una propuesta de adjudicación en favor de Vainsa Infraestructuras SL, una mercantil que ofrece las máximas garantías, existe el convencimiento en el seno del ejecutivo local que a la tercera va la vencida. Después del fiasco con Solaris Purgaret y el fallido intento con la segunda licitación (quedó desierta), el postrero concurso público parece el definitivo. 

Solvencia de la empresa

La empresa valenciana debe acreditar en los próximos días su solvencia técnica y económica para que se apruebe la concesión del contrato vía decreto de Alcaldía. Perteneciente a un grupo con distintas delegaciones en España y presente en el extranjero, nadie duda que cumpla los requisitos que establece el pliego. Los más significativos se refieren a la disposición de los medios materiales y humanos, una experiencia mínima de cinco años en obras civiles y un volumen de negocios de al menos 90.000 euros.

Si las previsiones del Fadrell se cumplen, la aceptación de la actuación por parte de la contratista se producirá la semana próxima (la siguiente como tarde). En el momento que constituya un aval del 5% del precio final ofertado, excluido el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), arrancará la cuenta atrás con vistas al inicio de los trabajos.

La cruz de Ribalta tiene una altura de seis metros. Foto: ANTONIO PRADAS

La retirada de la cruz se estructura en varias fases. La primera resulta especialmente compleja y marca el desarrollo del resto. Se trata de cortar la estructura por la base, alzarla con una pluma y cargarla en un camión para transportarla hasta la explanada de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva. La colocación en esta ubicación tendrá que hacerse con precisión a fin de evitar la posible caída. Desde el principio de este proceso y hasta el final, el lábaro irá protegido con un encofrado especial de madera.

Una operación delicada

El riesgo de que durante las operaciones se ocasione algún daño en el monumento es elevado por el delicado estado de conservación. El informe de los técnicos municipales advierte que, por la existencia de humedades, la armadura interna presenta oxidaciones, lo que incrementa el peligro de desprendimiento y rotura del hormigón. De ahí la necesidad de utilizar un revestimiento reforzado.

Por otro lado, el traslado obligará a seguir un itinerario especial por el centro de Castelló. La presencia de cables, luces y cualquier otro elemento en altura supondrá una amenaza para el monumento, tanto a consecuencia de un vuelco como por un desgarro. En este sentido, la adjudicataria deberá depositar la cruz de una pieza y en óptimas condiciones en el nuevo enclave. Así se recoge en el contrato, cuyo presupuesto asciende a 71.286 euros (impuestos incluidos).

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