CASTELLÓ. La nueva categoría que ha instaurado la Federación Española de Fútbol para reemplazar a la Segunda División B no va a ser un camino de rosas para el recién descendido Castellón, cuyo objetivo es regresar lo antes posible al fútbol profesional tras la fallida campaña que ha firmado este año.
Para ello tendrá que codearse con proyectos de dotación económica considerable, como los de Deportivo, Racing de Santander, Badajoz, Atlético Baleares y Andorra, sin olvidar a los otros recién descendidos, Albacete, Sabadell y Logroñés, que, al igual que los albinegros, pelearán por hacer corta su estancia fuera del fútbol profesional. En esa lucha también entrarán filiales de clubes importantes como Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Athletic y Villarreal.
Estos serán algunos de los 40 equipos que integrarán la nueva categoría y en la que están incluidos los orelluts. También habrá ausencias ilustres, como las de Hércules, Córdoba, Murcia y Numancia, que jugarán en la cuarta categoría. Solo cuatro equipos ascenderán a Segunda.
Los conjuntos que militarán en la denominada Primera RFEF quedarán repartidos en dos grupos de 20 equipos cada uno, siguiendo criterios de proximidad geográfica. El campeón de cada grupo ascenderá directamente a Segunda, mientras que los cuatro siguientes clasificados de cada liga disputarán una fase de ascenso para determinar las dos plazas restantes en eliminatorias a partido único y en terreno neutral. Descenderán a la cuarta categoría, la Segunda RFEF, los cinco últimos de cada grupo.
La composición de los grupos podría anunciarse este jueves, cuando la RFEF se reúna con los clubes participantes para dar a conocer los detalles de la nueva categoría. En ese encuentro también se confirmarán los ingresos que obtendrán los equipos por derechos de televisión, aspecto clave para la configuración de los presupuestos. Asimismo, se determinarán las cuotas de inscripción en la competición, la fecha de inicio y el número de fichas sub-23.
La reforma de las divisiones no profesionales ha provocado una reducción significativa en el número de equipos de la tercera categoría, que pasa de 80 a 40. Esta circunstancia hace que muchos de los más asiduos a la Segunda B en los últimos años queden relegados al cuatro nivel. Entre ellos destacan algunos de los rivales más duros que ha tenido el Castellón en su última etapa en la división de bronce, como Lleida y Espanyol B, que militarán en la Segunda RFEF. En esa categoría también estará la Peña Deportiva, que fue uno de los rivales de los albinegros en la fase de ascenso a Segunda, hace menos de un año.