Cersaie arranca y busca devolver el optimismo a la cerámica (Fotos: Cersaie/Pamesa)
BOLONIA / ENVIADO ESPECIAL. No solo es el azulejo castellonense. Ni siquiera el europeo. El consumo y fabricación de cerámica descendió prácticamente en todo el mundo el año pasado. Tan solo África escapó a esta tendencia, según recoge el informe Producción y consumo mundial de baldosas cerámicas, que ha elaborado el Centro de Investigación MECS Acimac y que dará a conocer en octubre, según ha anunciado este mismo lunes a través de su publicación oficial, Ceramic World Review, coincidiendo con el inicio de Cersaie.
Con ello, todo el sector en su conjunto busca en Bolonia confirmar que la feria transalpina puede ser un "punto de inflexión" a la tendencia que la industria ya vivió el año pasado y que continúa "en los últimos meses", en palabras del consejero delegado de APE Grupo, José Miguel Pellicer, que pone voz a todo un sector.
De momento, y pese a las dificultades con que arrancó este lunes (una feria de taxistas puso en serias dificultades a muchos de los participantes llegar al recinto ferial de Bolonia), la afluencia de visitantes está siendo alta. "Ha venido mucha gente", indica el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu. Por su parte, el director general de Colorker, Ramón Debón, apunta que la expectativa, "a nivel de visitas, es muy buena en los tres stands del grupo".
No en vano, Pellicer apunta que, tras los años de la covid "y de la media pandemia, porque incluso el año pasado no vinieron apenas americanos ni árabes", esta 41ª edición de Cersaie se erige como "la primera feria de la normalidad; a pesar de que los mercados no estén a tope, la afluencia ha sido muy buena" este lunes. El director de Marketing de Roca Tiles, Pablo Tarín, indica en este sentido que el "85% de nuestros clientes nos han confirmado que vendrán" y su homólogo de Peronda, Ismael García, reconoce que la "preferia ha funcionado muy bien, con un feedback positivo".
En cuanto a los datos de producción mundiales, anunciados por CWR, estos cayeron en 2023 un 5,5% hasta situarse en 15.937 millones de metros cuadrados, frente a los 16.862 millones del ejercicio anterior. La caída de la demanda, derivada de los altos tipos de interés que frenan la actividad de la construcción en el mundo, afectó a todas las zonas productoras, excepto a África.
Donde más cayó porcentualmente fue en la Unión Europea, aunque el mayor descenso productivo, a nivel global, se dio como es lógico en Asia, que concentra la producción (concretamente, el 73% del total). Así, este continente perdió 600 millones de m2 de los 900 totales, para situarse en 11.600 millones (un 5% menos). China y Vietnam fueron los que más producción perdieron: 580 y 180 millones de m2 respectivamente, según el informe.
La Unión Europea redujo un 18% su producción, hasta situarse en 1.039 millones de m2, con Italia y España por debajo de los 400 millones de m2 en ambos casos. En cuanto a los países de fuera de la UE, resistieron mejor, aunque cayó un 4,2% arrastrada por Turquía y Rusia. En América del Norte la caída fue del 7,7% (hasta los 349 millones de m2); y en América Central y del Sur del 10,3% (1.124 millones de m2). Solo África creció, concretamente un 9,9%, hasta alcanzar los 1.178 millones de m2, según el informe de MECS y Acimac. Egipto, Argelia, Ghana y Nigeria fueron los principales productores.
Evidentemente, esto se debe a un descenso en las ventas. Concretamente, la exportación global cayó un 2,3% el año pasado, frente al 7% del 2022. Con ello, el volumen de ventas de baldosas y revestimiento cerámico en el exterior alcanzó los 2.753 millones de m2, 66 menos que el año anterior. La contracción afectó a todas las áreas geográficas con la única excepción de Asia, cuyas exportaciones crecieron un 15%, señala el documento, fundamentalmente gracias al espectacular incremento de India (+39,6%), al que se sumó la recuperación de China (+6,2%).
Estos datos contrastan con los europeos. Las ventas de los países de la UE fuera de sus fronteras cayeron un 20%, en la línea de lo que ya anunció Ascer. Asimismo, los países del continente que no pertenecen a la UE cayeron un 24,4%), mientras que la exportación en América bajó un 17,4% (menos en América del Norte) y en África las cifras se mantuvieron estables, lo que apunta de forma inequívoca que es el mercado interno el que está tirando de su crecimiento.
