CASTELLÓ. La rectora de la UJI, Eva Alcón, ha pedido que se duplique la inversión de I+D+i para «situarnos al nivel de los países que nos rodean, pero también para no volver a ser el desierto científico contra el que luchó Margarita Salas». Alcón ha hecho estas declaraciones la investidura como doctores honoris causa al jurista Jorge Cardona y al filólogo Emilio Ridruejo en un acto en el cual también se ha celebrado la apertura del curso 2019/20 de la Escuela de Doctorado, así como la investidura de los 90 nuevos doctores y doctoras por la universidad pública de Castelló.
Alcón ha reconocido que la inversión en I+D+i ha crecido hasta el 14.000 millones pero esta inversión solo representa el 1,2% del PIB español mientras que en Europa es del 2,07%, una brecha de millones de euros. La máxima autoridad académica de la UJI ha indicado que «es necesario el apoyo de los gobiernos y del sector productivo porque solo así podremos dar un nuevo impulso a la investigación, la transferencia de conocimiento y la innovación a la universidad española». Por último, la rectora ha felicitado y agradecido a los doctores Cardona y Ridruejo por su magisterio y por su ejemplo vital.
En su laudatio, el profesor Mariano Aznar, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales a la UJI, ha destacado el compromiso del profesor Cardona con el Derecho Internacional pero que ha sido otro ámbito, transversal y urgente, ha comentado, «en el que ha volcado todos sus esfuerzos profesionales y personales durante los últimos veinte años: la protección internacional de los derechos humanos».
Aznar ha explicado algunas de las contribuciones de Cardona a la legislación española, como la modificación de la Ley de Protección Jurídica del Menor porque desde su entrada al Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas «cada esfuerzo académico, científico y profesional se dedicó a esta obstinación, con una particular atención a los más débiles entre los débiles, a los más vulnerables entre los vulnerables, a los más asediados entre los asediados: a las niñas en situación de desamparo, a las personas con discapacidad y a los más desfavorecidos en caso de conflicto armado y otras situaciones de emergencia humanitaria».
Durante la lectio, Cardona Llorens ha explicado el valor jurídico que tienen en España los dictámenes de los comités de derechos humanos sobre las denuncias individuales de vulneración de esos derechos. El profesor ha puesto como ejemplo el caso concreto de un ciudadano marroquí y belga, donde la Audiencia Nacional ha cuestionado el valor vinculante de los dictámenes del Comité porque no eran resoluciones judiciales y dijo que si había que exigir el cumplimiento del dictamen, habría que ir a instancias internacionales competentes.
Sin embargo, el Tribunal Supremo, en un caso de violencia de género declaró que los dictámenes de los comités eran obligatorios para España, en una resolución que ha creado suficiente polémica. Cardona ha indicado que «más allá de la denominación de los órganos, no encontraba diferencias entre el Tribunal Europeo y los comités si estos últimos ejercen funciones jurisdisccionales».
Y aunque coincide en que los dictámenes, igual que las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, «no podían por sí misma tener fuerza ejecutiva en España» sí que considera que es «una obligación jurídica, contenida en tratados que forman parte de nuestro ordenamiento jurídico, adoptar todas las medidas necesarias para garantizar, tanto el pleno respecto de estos derechos, como la reparación adecuada cuando no se hayan respetado».
La profesora del Departamento de Filología y Culturas Europeas, Margarita Porcar, ha sido la encargada de pronunciar la laudatio en la que ha hecho un repaso por la extensa trayectoria investigadora y docente de Ridruejo, quien está considerado «uno de los investigadores más relevantes de la lingüística, la filología española y la filología románica, con líneas de investigación pioneras». Asimismo, ha puesto de relieve sus calidades como docente por su «claridad, rigor y pasión».
A continuación, Emilio Ridruejo ha dedicado su lectio a la introducción de innovaciones en la tradición discursiva y los riesgos que supone en la aceptación social y la comprensión social. No obstante, también ha señalado que puede comportar beneficios como ampliar el ámbito de los destinatarios o adquirir un nuevo prestigio.
El filólogo ha realizado un análisis sobre esta cuestión con el ejemplo del scriptorium de Juan Fernández de Heredia, que introduce la variedad lingüística aragonesa en una tradición discursiva literaria en que no se había utilizado. «En este ejemplo hemos visto que el proyecto de incorporar una variedad dialectal en la prosa culta consiguió producir un conjunto importante de obras literarias, pero no fue posible hacer triunfar esa variedad en la tradición discursiva. Y es que una norma divergente no se impone con facilidad cuando otra está suficientemente asentada», ha señalado.
Finalmente, la directora de la Escuela de Doctorado, Mercé Correa, ha hecho balance de la actividad de este centro y ha explicado que durante el curso 2018-2019 hubo 825 alumnos de doctorado matriculados, de los cuales un 28% correspondían a estudiantado internacional. También ha destacado el incremento de un 21% respecto al curso anterior en la matrícula de nuevo ingreso, con 225 doctorandos y doctorandas. Además, Correa ha indicado que el curso pasado se defendieron 90 tesis doctorales, de las que el 63% recibieron la mención de doctor o doctora internacional.