Las adicciones conductuales, como la del cibersexo, han ido a más a raíz de la Covid-19.El aumento de nuevas peticiones de apoyo frente a la adicción tras el impacto de la pandemia lleva a la Universitat Jaume I a crear una nueva versión grupal del pionero programa de tratamiento online activado en 2017 por Salusex, su Unidad de Investigación sobre Sexualidad.
CASTELLÓ. En junio de 2019, una de cada cuatro personas presentaba un perfil de riesgo ante la adicción al cibersexo, puesto que realizaba prácticas sexuales a través de Internet que iban "más allá de lo esporádico". Eran los primeros resultados que arrojaba el primer estudio realizado por Salusex, la Unidad de Investigación sobre Sexualidad de la Universitat Jaume I y la Universitat de València, que puso en marcha en 2017 una plataforma digital para la evaluación y tratamiento online de este problema. Hoy, el porcentaje ha crecido del 25% al 33%: una de cada tres personas presenta un perfil de riesgo ante este tipo de adicción, según confirma del director del equipo Salusex, el catedrático de Psicología Clínica de la Salud de la UJI, Rafael Ballester.
En los últimos cinco años, gracias a aquella experiencia pionera, 60 personas de todo el mundo habían recibido un tratamiento individualizado con un 95% de éxito en la superación de sus problemas con el cibersexo, un éxito siempre constatado tras un año de seguimiento a la finalización del propio tratamiento. “Fue el primer estudio a nivel mundial que comparaba no solo la evolución de los pacientes entre el inicio y el final de su proceso, sino también en relación con un grupo de control sobre el que no se realizaba intervención alguna”, recalca Ballester.
Ahora, el crecimiento de la demanda de ayuda ha sido tal que la UJI ha decidido poner en marcha una nueva versión del programa de tratamiento, con un carácter grupal. Y es que la pandemia ha agravado la extensión de muchas adicciones. En el caso del cibersexo, "una de las consecuencias de la Covid 19 y del confinamiento y las consiguientes restricciones en nuestras relaciones sociales ha sido la mayor exposición a las pantallas, con una mayor dificultad para ligar e interactuar sexualmente de forma presencial durante un tiempo, en el que se han generado hábitos que perduran en la actualidad”, explica Ballester. Todo ello junto a una mayor proporción del tiempo de conexión a Internet “ha favorecido un claro aumento de la prevalencia de la adicción al sexo online", explica Ballester.
"Es una adicción muy estigmatizada; si eres adicto al tabaco, no te sientes peor persona, pero en el caso del sexo se señala al adicto como un degenerado. Al tratarlo en un grupo dirigido por un profesional, la gente le quita hierro, y además se establece una red de apoyo mutuo"
El nuevo formato grupal “nos permite atender esa mayor demanda” y además, aportar unos beneficios extra derivados del propio acercamiento grupal. “Hay que tener en cuenta que se trata de una adicción muy estigmatizada, porque si eres adicto al tabaco, no te sientes peor persona, pero en el caso del sexo se señala al adicto como un degenerado. Al tratarlo en grupo, la gente le quita hierro, y además se establece una red de apoyo mutuo con otras personas que tienen el mismo problema, de forma que aunamos la desestigmatización, el apoyo social y finalmente, las ventajas que da un grupo dirigido por un profesional”. Obviamente, señala Ballester, “en la adicción al sexo los problemas que se generan son distintos a los de otras adicciones, surgiendo problemas de pareja, infidelidad compulsiva o más infecciones de transmisión sexual, por ejemplo”.
El nuevo programa se aplica en doce sesiones de unas dos horas de duración y es gratuito y está abierto a toda la sociedad. “De hecho, tenemos consultas, por ejemplo, de la comunidad latina de EEUU y de otros muchos países de habla hispana”, precisa Ballester. Los grupos -podrá haber hasta 4 o 5 de forma simultánea- serán de entre 7 y 9 personas que se reunirán online con una periodicidad semanal, tratándose unos contenidos y estrategias de control del problema en cada sesión: “damos unas tareas para casa, que se revisan a la semana siguiente, introduciendo elementos nuevos: el paciente tiene que ser muy activo”. Para acceder al programa se contemplan tres vías: por un lado, se puede solicitar de forma anónima a través de la plataforma Adisex, donde el usuario puede conocer su perfil de riesgo a través de la realización de un cuestionario sobre su conducta. Si pide ser tratado/a, se le realiza una evaluación más profunda y tras ella, se da acceso al programa. Por otra parte, también puede incorporarse a uno de estos grupos solicitándolo a través del correo electrónico salusex@uji.es, y finalmente, puede ponerse en contacto mediante el teléfono 964729719.
Liderado desde la UJI Rafael Ballester y desde la UV por la profesora María Dolores Gil, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Salusex lleva décadas trabajando en la mejora de la salud sexual de la población general y de colectivos específicos como los trabajadores masculinos del sexo, personas drogodependientes, población LGTBI, personas con diversidad funcional intelectual, con problemas médicos, víctimas de abuso sexual, menores en situación de exclusión social, agresores sexuales y personas con trastornos parafílicos, entre otros, a través de programas de promoción de la salud y de intervención psicológica ante estos problemas. Asimismo, el equipo Salusex ha sido responsable desde el año 1993 del programa de salud sexual de la Universitat Jaume I y desde hace unos años, del programa de diversidad sexual de la UJI.
