CASTELLÓ. La Unió de Llauradors ha denunciado este jueves que productos agrícolas importados podrán seguir entrando en los mercados de la Unión Europea con las sustancias activas de clorpirifós y el metil clorpirifós pese a estar prohibidas por la Comisión. La organización agrícola ha criticado en un comunicado que la UE "se está convirtiendo a pasos agigantados en un mundo de contradicción permanente".
De acuerdo con La Unió, mientras la CE ha decidido "no renovar, por sus efectos para la salud humana, la aprobación de las sustancias activas clorpirifós y metil clorpirifós utilizadas en la elaboración de productos fitosanitarios" en el territorio europeo, los consumidores europeos "verán cómo los productos agrícolas importados de buena parte del mundo que llegan a nuestros mercados sí podrán contener residuos" de ellas.
Los agricultores de la Comunitat Valenciana confían en disponer de "alternativas viables" tras la decisión de la UE, ya que en España y la autonomía estas dos sustancias son, hasta la fecha, "muy usadas en las producciones agrícolas". Uno de los casos de uso es en los cítricos contra una de las plagas más comunes y peligrosas, como es el cotonet de les Valls, "que precisamente nos llegó desde Sudáfrica". Ahora, sin embargo, critica la organización que, paradójicamente, los productores sudafricanos "podrán seguir utilizándolos y, por tanto, entrar en los mercados europeos con la presencia de esas sustancias en los fitosanitarios que prohíben a los agricultores comunitarios".
Esta organización agraria asegura que ha comprobado "de primera mano" que la mayor parte de los principales países productores de cítricos (Sudáfrica, Argentina, Brasil, China, entre otros) "permiten y seguirán permitiendo si no cambian sus regulaciones el uso de las sustancias activas clorpirifós y clorpirifós metil para tratar sus árboles y, por ello, los productos agrícolas que lleguen a los lineales de los supermercados o tiendas de la Unión Europea podrían perfectamente contener las mismas".
La nueva normativa de la CE, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado 10 de enero, indica que los Estados miembros "retirarán las autorizaciones de los fitosanitarios que contengan alguna de esas sustancias activas, como muy tarde el próximo 16 de febrero, fecha en la que expiran sus licencias vigentes", aunque concede "un periodo de gracia" para ello al que pueden optar los países comunitarios, que expira el 16 de abril.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria había concluido en su última evaluación sobre dichas sustancias que existen ámbitos "críticos de preocupación en la salud humana por su potencial genotóxico y neurotóxico".
La Unió de Llauradors explica que la entidad "no cuestiona, ni mucho menos, esos criterios científicos", pero también advierte a los consumidores europeos de que, "aunque se prohíba aquí, no significa que el riesgo desaparezca puesto que nos puede llegar con la inmensa cantidad de frutas y hortalizas importadas que nos llegan de fuera, ya que en sus países de origen sí se seguirá permitiendo su uso".