CASTELLÓ. (EP). La Unió de Llauradors ha denunciado que los campos de cítricos de la comarca de la Plana Alta se ven "amenazados" por culpa de la sobrepoblación de la plaga de conejos que se une a la de otras especies de fauna y a otras provocadas por insectos como el Cotonet de Sudáfrica, pulgón, piojo rojo de California o la araña roja.
En el transcurso de las últimas semanas, la organización ha detectado, según ha informando en un comunicado, "ataques masivos" de conejos en las explotaciones citrícolas hasta el punto de provocar la muerte de los árboles por el corte total de suministro de savia a las ramas y frutos.
La Unió ha asegurado que la presión cinegética es elevada en toda la Comunitat Valenciana y por ello ha reclamado medidas para controlar y reducir esta proliferación de fauna hasta unos niveles sostenibles para el medio, ya que los agricultores tienen un sobrecoste a la producción que le incrementan los gastos para poner medidas de control y reducción de esas especies.
Además, la organización considera que la situación se agrava más en zonas de seguridad donde no se puede cazar y en aquellas donde los cultivos se abandonan por falta de rentabilidad. Señala que es ahí donde la administración ha de actuar.
Cabe destacar que Agroseguro tiene una garantía por daños cinegéticos que indemnizaría la muerte del arbolado, pero desde La Unió creen que en la práctica las condiciones para acceder la convierte en "dificultosa e inviable".
Se exige la muerte del árbol, debe de haber más de un 20% de árboles muertos y además existe una franquicia absoluta que implica que solo van a pagar los daños que superen ese porcentaje y los agricultores deben asumir ese primer 20% inicial. Además, los daños no son acumulativos lo que supone que si en esta campaña se tiene una afección del 19% y en la que viene otro 19%, se tendría una pérdida del 38% del arbolado, pero Agroseguro no indemnizará nada.
En este sentido, La Unió solicita a las administraciones públicas que "se impliquen con más medios y propuestas eficaces de contención ante esta problemática de la sobrepoblación de especies de fauna silvestre", así como que la Entidad Estatal de Seguros (Enesa) "modifique las garantías del seguro para dar cobertura correctamente a los siniestros y no imponer un condicionado de indemnización totalmente inoperativo y que no cubre las necesidades del sector".
Hace años que los agricultores detectaron heridas en la corteza de los árboles producidas por mordiscos de los conejos. Se realizaron entonces tratamientos curativos y preventivos a base de derivados cúpricos y otros productos que ya se utilizaban para cubrir y curar heridas en el arbolado provocadas en la acción de la poda. Se cubrían así los daños a los árboles y se evitaba, a manera de repelente, nuevos ataques de roedores.
Sin embargo, ahora observan que estos tratamientos y productos ya no frenan la acción de los conejos, pues existe tal presión sobre el medio debido a la superpoblación de esta especie que ya no sirven métodos que antes eran efectivos. En los muestreos realizados en determinadas fincas afectadas, sobre todo las más próximas a carreteras y vías férreas valladas y con taludes, se ha podido comprobar que a los dos o tres días de hacer un tratamiento con cobre o producto cicatrizante vuelve a producirse un nuevo ataque incluso en la zona cicatrizada.
Los datos recabados para cuantificar el número de conejos, contando las horas crepusculares en las que son más activos y visibles estos animales, demuestran que puede haber hasta 20 ejemplares por anegada. Se han hecho hasta "sacrificios" de árboles para comprobar cuánto tiempo tarda un conejo en rodear totalmente el tronco, cuando le produce la muerte por falta de suministro de sabia a la copa, y se ha podido comprobar que en una sola noche los conejos son capaces de matar un árbol, aunque no se sabe si por la acción de un solo animal o de forma colectiva por varios.