sin la diputada, el botànic y la oposición tienen la misma representación

La baja de Cristina Cabedo pone en un apuro a Morera en la Mesa de Les Corts

Foto: CORTS/INMA CABALLER
15/09/2022 - 

VALÈNCIA. La 'vuelta al cole' no ha sido fácil para Podem. El grupo parlamentario despidió el anterior periodo de sesiones con una revuelta interna que se saldó con el trasvase de una asesora de la Mesa de Les Corts al grupo parlamentario por desavenencias. Ahora, inicia el curso político con la baja médica de una de sus diputadas. Y no de una cualquiera, sino de quien ocupa la secretaría primera de la Mesa de la Cámara. Una circunstancia que podría acabar salpicando al president de Les Corts Valencianes, Enric Morera.

La diputada de Unides Podem, Cristina Cabedo, se encuentra de baja desde el pasado mes de julio, según trasladan fuentes del Parlamento a este diario. Una circunstancia que ha derivado en que la Mesa se haya reunido hasta en cuatro ocasiones sin ella. Algo que, por el momento, no ha supuesto ninguna controversia porque no ha debido votarse ninguna cuestión trascendental en la que exista una distancia insalvable entre los partidos que gobiernan y los de la oposición, pero que podría llegar a darse si la situación se prolonga.

En la actualidad, la Mesa de Les Corts la integra el president de Les Corts Enric Morera (Compromís); la vicepresidenta primera, María José Salvador (PSPV); el vicepresidente segundo, Jorge Bellver (PPCV); la secretaria primera, Cristina Cabedo (Unides Podem); y el secretario segundo, Luis Arquillos (Ciudadanos). 

Sin Cabedo en activo, gobierno y oposición se encuentran en igualdad de condiciones, por lo que para sacar adelante cualquier iniciativa sobre la que haya discrepancia, el Botànic debería aplicar su voto de calidad. Es decir, Morera deberá ejercer la prerrogativa que tiene el presidente de la Cámara ante cualquier empate. Una tesitura en la que al propio representante de la institución no le gusta encontrarse, si bien en realidad la Mesa somete relativamente pocas cuestiones a votación porque la mayoría son adoptadas por acuerdo. 

Ahora bien, la situación también preocupa de cara a la celebración de plenos de Les Corts, que comenzarán a celebrarse a partir del Debate de Política General del próximo 25 y 27 de septiembre, dado que su baja implica que el tripartito contará con una mayoría parlamentaria más ajustada: 51 diputados frente a 47 que tiene la oposición. Un equilibrio que obligaría a que PSPV, Compromís y Unides Podem sean especialmente cuidadosos de que ningún parlamentario se ausente a la hora de celebrarse las votaciones. 

De hecho, si bien fuentes de la Cámara advierten que Cabedo podría solicitar el voto telemático para el pleno, en la Mesa subrayan la incongruencia que supondría que reclamara este derecho pero, a su vez, mantuviera la incapacidad para reunirse con los miembros de la Mesa aunque fuera de forma telemática. 

La polémica interna

A este dilema se suma otro que se arrastra desde julio. Según trasladan fuentes parlamentarias de Podem, la diputada Cristina Cabedo quiso despedir antes de las vacaciones de verano a una de sus asesoras. Una petición que le fue rechazada por la dirección del grupo con la amenaza de que si cesaba a la citada trabajadora, habría una reestructuración de la formación en Les Corts y sería ella misma la que abandonaría la secretaría primera de la Mesa y situarían en este puesto a otra persona. 

La situación se agravó cuando a la propia empleada le concedieron la baja por un presunto 'mobbing', siempre según fuentes de la formación. Por lo que los morados decidieron actuar y trasladaron a la asesora de la Mesa de Les Corts al grupo parlamentario para tratar de salvar las discrepancias que pudieran existir a la interna. Poco tiempo después, Cabedo obtuvo la baja médica por motivos de salud, si bien las fuentes consultadas no confirman que una situación esté vinculada a la otra y la diputada no ha respondido el requerimiento de este diario. Pero lo que sí es cierto es que la situación de Podem ya ha traspasado las fronteras del grupo parlamentario. 

Trifulcas del pasado

La contienda desatada antes de las vacaciones de verano ha servido para avivar las críticas a la interna contra la propia diputada, la mayoría, de situaciones ya pasadas en la anterior legislatura en el ámbito de Les Corts pero también por otras que se han vivido en el presente mandato. 

Foto: INMA CABALLER

En el primero de los casos, recuerdan que ya en enero de 2019 la parlamentaria tomó la decisión de dejar su puesto como portavoz en la comisión de investigación de Crespo Gomar por motivos de salud. Una decisión que adoptó precisamente "por el volumen de trabajo" que tenía esta herramienta parlamentaria y la exigencia que ello suponía. 

En el partido de los círculos siempre se le reprochó -y todavía hoy lo recuerdan- que la baja médica la comunicara sin apenas margen de maniobra para ser sustituida teniendo en cuenta la responsabilidad que implicaba su rango: Podem fue quien reclamó esta comisión de investigación, por lo que su papel como socio incómodo en el Botànic I era trascendental. A ello se sumaba la cuestión monetaria: por ser portavoz en comisión cobraría 620 euros más al mes, además del salario de parlamentaria (que rondaba aproximadamente tres veces el salario mínimo interprofesional), al que entendían que debía renunciar si finalmente, como ocurrió, no iba a seguir en esta comisión. 

Las retribuciones, de hecho, también han sido otro 'trapo sucio' que sacar a relucir a raíz de esta última batalla. En el grupo censuran que la diputada rechazó dar al partido una cuantía mayor del sobrante de su sueldo al inicio de la actual legislatura. En Podemos cada cargo público puede percibir tres veces el salario mínimo interprofesional y, a partir de esta cifra, el remanente lo dan a organizaciones sin ánimo de lucro y a la formación. 

Una circunstancia que ella misma no confirma, pero que generó comentarios en chats internos de Podem, donde entendían que quien cobrase más, debía aportar más a las siglas. Con la subida salarial del 2% en marzo de 2020, los miembros de la Mesa de Les Corts pasaron a cobrar 83.477,81 euros al año.

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