MADRID (EP). Repsol registró un beneficio neto de 1.420 millones de euros en el primer semestre, lo que representa una caída del 44% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, lastrada por un contexto de caída de los precios de los hidrocarburos y de unos menores márgenes del refino con respecto al año pasado, en el que se dispararon por la crisis energética tras la invasión de Ucrania por Rusia, informó la compañía. En esta primera mitad de 2023, marcada por un lento crecimiento de la economía mundial, las decisiones en política monetaria y las tensiones internacionales derivadas de la guerra en Ucrania y un contexto de incertidumbre, inflación global y lenta recuperación de la economía china, los precios de los productos energéticos se desplomaron respecto al año pasado.
Así, entre enero y junio los márgenes de refino cayeron un 29%, los precios del crudo Brent descendieron un 26% y el referente estadounidense de gas, el Henry Hub, se desplomó un 54%. En este entorno de normalización de los precios y del suministro de energía, después de un convulso 2022, la compañía destacó que su buen desempeño "refleja la robustez de su plan estratégico 2021-2025 y de su modelo integrado, que se ha materializado en unos sólidos resultados". El resultado neto ajustado de Repsol hasta junio, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 2.718 millones de euros, casi un 15,7% menos que hace un año.
"Estamos obteniendo de forma constante resultados sólidos en entornos retadores, mientras seguimos transformando la compañía y construyendo una oferta multienergética única que facilita una transición justa a nuestros clientes", destacó el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
Con este sólido desempeño hasta junio, el grupo ha vuelto a acelerar en sus objetivos de retribución a los accionistas y de aprovechar oportunidades de inversión y crecimiento. Así, tras el abono este mes de un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción que, unido a la retribución pagada en enero, situó el dividendo en efectivo del año en 0,70 euros brutos por acción, un 11% más que en el ejercicio anterior, Repsol ha decidido proseguir con sus programas de recompra de acciones, una manera de complementar esa retribución a sus accionistas. De esta manera, la energética ha aprobado una nueva reducción de capital mediante la amortización de 60 millones de acciones propias, que se sumará a los 50 millones de acciones canceladas en junio.
Esta combinación de dividendos y reducción de capital supondrá en 2023 la distribución de cerca de 2.400 millones de euros a los accionistas. Al cierre del presente año, el grupo habrá reducido su capital social en un 20% respecto al existente a diciembre de 2021, muy por encima del objetivo establecido por el plan estratégico 2021-2025.
En lo que respecta a la deuda neta de la compañía, se situó al final del periodo en 797 millones de euros, un 9% por debajo del cierre de marzo y un 65% inferior a la del 31 de diciembre de 2022. La liquidez alcanzó 11.441 millones, suficiente para cubrir cerca de seis veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
Asimismo, en el periodo de enero a junio, Repsol ha mantenido el rumbo en su proceso de transformación y descarbonización, con el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050, con unas inversiones de 3.047 millones de euros en el periodo, principalmente en proyectos bajos en carbono. En línea con su 'hoja de ruta', la multienergética prevé que un 35% de las inversiones de 2023 se dediquen a proyectos bajos en carbono, lo que acentúa su carácter transformador. En el primer semestre, el 43% de la inversión total se destinó a España y un 39%, a Estados Unidos.
En lo que se refiere la generación renovable de electricidad, uno de los pilares fundamentales de la empresa en la transición energética, en este primer semestre ha alcanzado una capacidad 'verde' en operación de 2.016 megavatios (MW), avanzando así en el objetivo de 6.000 MW en 2025 y 20.000 MW en 2030, tras la incorporación de la cartera de activos renovables de Asterion Energies (7.700 MW) y el inicio de proyectos en desarrollo en Italia, que se añaden a la progresiva puesta en marcha de nuevas instalaciones en España, Estados Unidos y Chile. Además, en el periodo, la multienergética reforzó su perfil multienergético, alcanzando los 6,8 millones de clientes digitales a través de su aplicación Waylet. Igualmente, elevó su cartera de clientes de electricidad y gas hasta los dos millones, tras la adquisición del 50,01% de la comercializadora CHC Energía.
Po otra parte, respecto a la contribución fiscal, en el primer semestre del ejercicio, Repsol aportó 7.343 millones de euros, de los que el 67% (4.960 millones de euros) corresponden a España. Los tributos propios devengados ascendieron a 2.186 millones de euros y representaron el 59% de los beneficios. La empresa indicó que contribuyó durante el período con una tasa del Impuesto sobre Sociedades del 31%, "muy por encima del tipo nominal aplicable en España -del 25%- y de la media de países de la OCDE".