Numerosas personas este verano en la playa de la Malvarrosa de València. Foto: EFE/KAI FORSTERLINGVALÈNCIA. Con la llegada de agosto y de las semanas típicas para el descanso estival las visitas a los puntos más turísticos del país se incrementan con creces, un fenómeno que es especialmente intenso en autonomías como la valenciana y que provoca que esta se posicione, año tras año, entre las regiones europeas con mayor afluencia de visitantes. Así se desprende de la estadística sobre pernoctaciones en establecimientos turísticos elaborada por Eurostat, que desglosa las noches registradas en hoteles para las áreas europeas equivalentes a una comunidad autónoma y donde la Comunitat Valenciana aparece, en 2022, por delante de la Toscana o del estado federado de Berlín.
De este modo, y según los datos de la Oficina de Estadística Europea actualizados el pasado viernes, la autonomía valenciana cerró el último ejercicio con 49,3 millones de pernoctaciones, muy cerca de las casi 50 millones que se anotó en 2019, el año previo a las restricciones asociadas a la pandemia. De ellas, alrededor de la mitad fueron realizadas por turistas que llegaron desde algún punto de la geografía española, lo que evidencia que tanto los desplazamientos interiores como los exteriores son importantes para el conjunto del sector valenciano.
Por detrás, la Toscana italiana, con atractivos tan notorios como los de Pisa o Florencia, obtuvo 42,8 millones de noches en establecimientos turísticos, mientras que Berlín y sus alrededores recibieron en 2022 más de 26 millones de pernoctaciones y el Tirol austríaco sumó 35,5 millones. La estadística de Eurostat todavía no ha añadido en cambio la información de ese año para Suecia, Polonia, Dinamarca o Irlanda, pero ninguna de sus regiones ha superado en ejercicios anteriores el resultado de noches hoteleras registrado por la Comunitat Valenciana.
Así pues, por delante de la autonomía valenciana, que ya en 2022 recuperó, como confirmaron los balances anuales de la patronal hotelera Hosbec y del Ayuntamiento de València, las cifras anteriores a la covid-19 en ciudades concretas como Castelló o València, se ubican de momento tan solo nueve regiones europeas encabezadas por Canarias, que tuvo más de 89 millones de pernoctaciones. En segundo lugar aparece la Croacia Adriática, una región que ha ganado gran atractivo turístico desde comienzos de siglo y que, de hecho, durante los dos años más intensos de la pandemia fue el destino más visitado de todo el continente.
Las dos regiones más visitadas por los viajeros se caracterizan además por una mayor dependencia del turismo internacional, ya que en el primer caso los visitantes extranjeros suponen el 86% de las noches hoteleras y en el segundo alcanzan hasta el 93%. Tras ellas, las áreas europeas más visitadas son la Isla de Francia, cuya ciudad más importante es París, y también Cataluña, lo que refuerza la posición de España como polo de atracción turístico. De hecho, de las diez áreas del continente con más pernoctaciones en 2022 la mitad son españolas, ya que tanto Andalucía como Baleares están asimismo a la cabeza de la estadística de Eurostat.
En términos generales, y salvo algunas excepciones, la mayoría de las zonas con gran afluencia de visitantes son costeras y se encuentran en países del sur del continente, lo que demuestra que el tradicional turismo de sol y playa es todavía hoy una de las grandes preferencias a la hora de viajar. Otros destinos muy frecuentados por viajeros tienen en cambio atractivos distintos, como es el caso de la región francesa de Ródano-Alpes, conocida por sus estaciones de esquí, o el Véneto, cuya ciudad de mayor renombre, Venecia, es una de las más visitadas del mundo.
Por su parte, si la Comunitat Valenciana aparece entre las regiones europeas con mayor afluencia de turistas es en parte porque alberga distintas ciudades y áreas con gran atractivo para los viajeros. Las más reclamadas por los visitantes, sobre todo por los procedentes del extranjero, están en la provincia de Alicante, que en su conjunto sumó en 2022 más de la mitad de las noches en establecimientos turísticos que registró esta autonomía, con 29,3 millones. De ellas, algo menos de un 60% corresponden a turistas extranjeros.
En cambio, en las provincias de Castellón y Valencia las noches efectuadas por viajeros cuyo lugar de origen estaba también dentro de España son mayoritarias. En el primer caso, de las cerca de 8 millones de pernoctaciones registradas a lo largo del pasado año, más de un 70% correspondían al turista doméstico. Por su parte, en Valencia ese porcentaje es del 57%, por lo que aunque las visitas de viajeros nacionales son igualmente las más importantes, el peso de quienes llegan procedentes de otros países crece de forma sustancial.
En este sentido, desde Hosbec apuntan que en el caso de la Comunitat Valenciana se aprecia “un equilibro entre el mercado doméstico e internacional”, ya que el turista español se decanta por la provincia de Castellón y ciudades como Gandia a la vez que en lugares como València los visitantes internacionales alcanzan incluso el 70% con un gran abanico de nacionalidades. Entre ellas, por ejemplo, se encuentra la estadounidense, que según datos de la patronal hotelera representaría en torno al 9,6% del volumen total.
Respecto a las cifras de este verano, los primeros balances ofrecidos precisamente por Hosbec para el mes de julio superan las previsiones del sector, con ocupaciones que rozan e incluso rebasan en algunos puntos el 90%. Es el caso de Gandia y de la ciudad de Alicante, mientras que Benidorm, cuya planta hotelera presenta un volumen superior, se queda un punto por debajo. Es por ello que para los empresarios hoteleros los datos de julio son “el preludio de un agosto prometedor”, ya que la situación actual de las reservas es muy elevada.
Del mismo modo, la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, aseguró al terminar julio que los datos adelantados de ocupación prevén cifras que situarán a este mes como “el julio verdadero de la recuperación”. Aun así, Montes subrayó la importancia de construir “un turismo sostenible” y de “futuro” que devuelva “a la sociedad una gran parte de la riqueza que genera”.
