Septiembre, o lo amas o lo odias. Así nos dividimos quienes vemos oportunidad en todo comienzo o quienes nos sumimos en el letargo de la melancolía por unas vacaciones que ya suenan a recuerdo. Me gusta pensar que me encuentro en el primer grupo. Este, además, no es un septiembre cualquiera. No solo empieza la actividad parlamentaria con más citas en el calendario y la negociación de unos presupuestos anuales y autonómicos a la vuelta de la esquina, sino que el último trimestre de 2022 será el preludio de los intensos meses que nos depara 2023.
La Comunitat Valenciana, igual que el resto del país, no es ajena a las dificultades que atravesaremos en el duro invierno que nos viene por delante. Tenemos una oportunidad, como clase política, de estar a la altura de los valencianos, de hacerles más llevadera una cuesta económica que ya no solo entiende de eneros, sino que se alarga de manera indefinida durante todo el año.
Las familias valencianas, al filo de lo imposible para sobrevivir a la vuelta al cole. Siete de cada diez reutilizarán absolutamente todo el material escolar de cursos anteriores. Y es que no es para menos, si la nuestra es, junto a Cataluña y Navarra, la autonomía más cara para volver al cole, con un gasto estimado de 1.900 euros por niño escolarizado. Con estos datos, tener un hijo se eleva a grado de gesta heroica en la Comunitat.
Pero no solo de coles y niños viven los disgustos. Somos la tercera comunidad autónoma en la que más ha crecido el paro en el último mes (¡más de 20.000 valencianos nunca han tenido un trabajo!). Mientras, el precio de la vivienda sigue disparado y los alquileres suben, nada menos, que un 18% en lo que va de año. En esto, también batimos récords: somos quienes más tarde nos emancipamos y la edad media para compartir piso en la ciudad de Alicante es, nada menos, que de 39 años.
¿Solución de Ximo Puig a todo esto? Un anuncio electoralista (regado previamente con una encuesta, permítanme, de dudosa rigurosidad, no se conoce ni la autoría) que queda muy bien para incendiar las redes y acaparar titulares: bajada de impuestos. Pero ni cuántos, ni cómo ni cuándo. Ya si eso cuando los valencianos se hayan ahogado.
Antes de llegar a ese punto, desde Ciudadanos tenemos un amplio catálogo de medidas concretas a las que el Botànic es bienvenido a sumarse mañana mismo: deflactar el IRPF autonómico, reducir el IVA del material escolar al 10% al menos durante este curso, garantizar la gratuidad del primer ciclo de educación infantil, aprobar un complemento salarial específico para los jóvenes o impulsar un mercado de vivienda público sostenible, entre otras cuestiones.
Como representante pública, le pido al president responsabilidad y que demuestre un sentido del deber con quienes nos han colocado aquí, un ejercicio que pasa por la escucha y el consenso, por reconocer que adoptar medidas liberales valientes es dar una oportunidad a los españoles. Para que este sea, por fin, el curso de la sensatez y la cordura.