el cudolet / OPINIÓN

La doble moral del Estado respecto al juego

17/12/2022 - 

La suerte está echada-alea iacta est. A menos de una semana de celebrarse el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, muchas serán las alegrías para los afortunados, y otras tantas decepciones para el resto de jugadores. La esperanza nunca se pierde. Algunos nos conformaremos con el premio del reintegro, o en algún caso con un pellizquito si suena la pedrea.

Mientras vivió mi madre, en casa, la jornada del veintidós de diciembre se celebró con mucha intensidad. La televisión se encendía en el desayuno. La mujer siempre nos primaba en los viajes que realizábamos por el resto del territorio, para que nos acordásemos de comprar un billete para el sorteo. En mi periplo por Madrid se lo encomendaba a Doña Manolita. Fue fiel al décimo. No le gustaba comprar papeletas, y si lo hacía, era por algún compromiso contraído con la Parroquia Jesús y Maestro.

Después de comer bajaba al kiosco de José a por la edición extra del primer diario en papel que saliera a la venta. Hace unos años paginando en un libro descubrimos un número que jugaba mi abuelo Pedro. Aquel polvoriento billete le pareció a mi madre que le decía algo. Lo buscó y lo encargó. Desde entonces lo hemos jugado cada Navidad. He escrito con anterioridad sobre este asunto. Lo comentaba con Fernando, profesional del ramo. El trato a favor dispensado por parte del Estado a sus Loterías y Apuestas, publicidad en cualquier franja horaria y locales de venta sin restricciones.

Hemos normalizado el juego de las loterías, las del Estado, hasta tal punto que subliminalmente el mensaje es claro, el de compartir. Este año la inclusión va de tapadillo, para al final consumir billetes. O la 'publi' de la ONCE en sus cabinas "BIEN JUGADO".  Por el contrario, a las apuestas deportivas, criminalizadas por el Ministerio de Consumo, les aplican medidas muy severas; retirada de marcas en camisetas de equipos de fútbol, locales a menos de 500 metros de centros escolares o publicidad en medios de comunicación en horario nocturno.

Por poner un ejemplo, para acceder a un local de apuestas es obligatorio ser mayor de edad, e identificarte para llevar un cierto control por parte de las administraciones con el fin de impedir la entrada a jugadores que padecen enfermedades como la ludopatía. En una administración de lotería no es necesario. Uno puede participar en cualquier sorteo sin fichar.

Podría enumerar algunas diferencias más existentes entre los juegos de azar de carácter estatal y las apuestas deportivas privadas. A mí criterio discriminatorias. Un Estado que aúpa las suyas, y permanentemente sataniza las de los otros. Al final de la corrida, todo, y digo todo es juego. Y no parece justo que hagamos una distinción como en las drogas, duras o blandas ¡Hagan juego señores! ¡Suerte!

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