Si hace unas semanas hablaba de las ausencias, sufrimiento y los duelos que provoca la pérdida de un ser querido o de una persona que forma parte de la familia; hoy voy a hablar y recordar la alegría que supone la llegada de un nuevo miembro a la familia y, más aún, cuando hablamos de bebés con el revuelo ocasionado por las medidas antiabortistas en Castilla y León como telón de fondo.
Hace menos de 24 horas que soy tía de nuevo. Acaba de nacer mi sobrino Quim. Un bebé muy deseado, querido y esperado por su papá Manu y su mamá Lucía, y por toda la familia que les rodea. Una alegría y un regalo de la vida que vuelve a poner patas arriba, en el buen sentido de la palabra, nuestra familia con la llegada de un nuevo miembro, un nuevo Mansergas por la parte que me toca. Quim ha venido a hacernos la vida más feliz y feliz le haremos la vida a él entre todas las personas que ya le queremos.
Los y las bebes suelen despertar sentimientos maravillosos, dulces y sanos. Nos despiertan lo mejor que llevamos cada persona dentro por mucho trabajo, esfuerzo y sacrifico que nos dan también. No seré yo quien descubra nada nuevo de la crianza, pero recuerdo que llevo 16 meses inmersa en ella y rodeada de dos bebes maravillosas que han paralizado mi vida y que me quitan horas de sueño y me hacen vivir instalada en un cansancio permanente del que ya no soy consciente pero que al mismo tiempo no paran de darme vida, sonrisas y amor.
Ahora con la llegada del hijo de mi hermano volvemos a revivir esos momentos de alegría, de vida y de amor. Volver a ese tacto y contacto con la piel de un bebe, ese olor, ese silencio, esa calma y ese detenerse el tiempo solo con mirarlos cuando hablamos de maternidad, paternidad o crianza deseada.
Hablo de esa maternidad privilegiada cuando podemos disfrutar de nuestros bebes con los tiempos que ellos necesitan y no bajo la presión de los tiempos que marca el sistema donde vivimos.
Y escribo estas líneas siendo consciente que no todas las familias podemos disfrutar de este tipo de maternidad y de crianza. En mi entorno las personas que criamos solemos tener mismos criterios en este asunto y misma manera de la crianza basada y sostenida sobre los pilares del colecho, la lactancia a demanda o el apego. Soy consciente que quizá represente a una minoría, aunque cada vez más en determinados entornos se está generalizando. Es una defensa de la maternidad que defiende y vela por la mujer también donde se persigue tanto el bienestar del bebé como de a madre y del padre. Pues al final es un bienestar compartido y conectado.
Es una maternidad y paternidad deseada y con unos entornos relativamente amables y facilitadores para una crianza en condiciones de poderla disfrutar. Pero existen muchos otros contextos y realidades que no pueden garantizar una maternidad o paternidad donde los bebes sean deseados, queridos y, lo más importante, tengan condiciones de vida estables y mínimamente básicas para un desarrollo que necesitan y merecen.
Es aquí y en otros contextos duros donde entra la posibilidad de acogerse a ese derecho tan polémico como es el aborto. Un derecho que ni existe ni se le espera en otros países del mundo donde las secuelas de las mujeres en torno a embarazos no deseados están a la orden del día.
Estos días estamos viendo y escuchando los coletazos de esas polémicas declaraciones en torno a obligar a los sanitarios de Castilla y León a poner a disposición de sus pacientes que quieran abortar el poder escuchar el latido fetal del corazón y la fotografía de la ecografía en 4 D.
Parece que todavía es importante recordar que las mujeres que deciden abortar lo harían igual con o sin ley que las proteja y que este tipo de leyes lo que ofrecen es una seguridad y un amparo legal en torno a una decisión tremendamente difícil y complicada de tomar y de ejecutar.
Escuchar el latido o ver la ecografia del feto antes de abortar seguramente no haría cambiar de opinión en la mayoría de los casos sino todo lo contrario, conseguiría unas secuelas y unos traumas más profundos sobre todo para la madre.
Pasar por el duelo de un aborto tiene unas consecuencias tremendas y dolorosas y quien toma la decisión de abortar no está en contra de la maternidad, ni de la crianza, ni de las y los niños... quien toma la decisión de abortar suele tomarla por otro tipo de condicionantes. El derecho al aborto libre en España está vigente desde 2010 y es un derecho de la persona que toma la decisión.
Por ello este tipo de declaraciones con tintes políticos enfocados a ganar votos de un segmento de la población pueden tener unas consecuencias terribles.
La semana que viene... más!