VILA-REAL. Vila-real se ha reencontrado este domingo, 28 de noviembre, con una de sus tradiciones más arraigadas: la feria de Santa Caterina vuelve a las calles de la ciudad después de que en 2020 tuviera que suspenderse a causa de la pandemia. Declarada de interés turístico provincial, la feria de Santa Caterina regresa con cambios en el recinto para hacer posible la instalación de 200 puestos de venta cumpliendo con la normativa anti covid y con el reto de conseguir la declaración de interés turístico autonómico, atendiendo al impacto que esta tradición tiene más allá de la ciudad y de la provincia.
El alcalde de la ciudad, José Benlloch, y miembros de la corporación, han visitado la feria acompañados por reinas y damas de la corte de honor. En total, se han instalado 200 puestos de venta distribuidos en la plaza Mayor, Arrabal de Carmen, calle José Ramón Batalla, calle Hospital y avenida Cardenal Tarancón. Como novedad, se han evitado los puntos donde tradicionalmente se producen más aglomeraciones, como la calle Mayor Santo Domingo.
Como es habitual, la Concejalía de Comercio ha hecho una selección de los productos que se han vendido la feria de Santa Catalina, dando prioridad a los productos típicos de la Navidad, como turrones, frutos secos, juguetes, decoración navideña y belenes, pero también otros productos artesanales. De los 200 puestos de venta que se han instalado, 60 son de vendedores de Vila-real, 56 de otras poblaciones de la provincia, 61 comerciantes provienen de otros puntos de la Comunitat Valenciana y 23 de otras provincias.