Puig y Armengol buscan su espacio entre el centralismo y el independentismo
Puig y Armengol buscan su espacio entre el centralismo y el independentismo
VALÈNCIA. En julio de 2021, el gobierno de la Comunitat Valenciana y su homólogo balear, celebraba en Palma de Mallorca una cumbre dirigida a abordar diversas cuestiones interconectadas entre ambas autonomías y también a aunar sus voces para tener en una mayor resonancia en el ámbito nacional sobre distintas cuestiones consideradas importantes. Una cita que celebra su segunda edición este miércoles y jueves en València.
"Hay vida inteligente fuera de Madrid", reivindicaba entonces el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien junto a la máxima responsable del Govern balear, Francina Armengol, alumbraron un documento de 33 páginas repleto de acuerdos y declaraciones conjuntas.
En aquella cumbre, dos cuestiones ocuparon un protagonismo importante: la reforma del sistema de financiación y la exigencia de una corresponsabilidad fiscal de las autonomías. Un papel principal que ahora no se refleja en esta segunda edición, donde ninguna de las diez mesas parece dirigida a afrontar estas cuestiones hace un año y medio tan relevantes.
Puig y Armengol buscan su espacio entre el centralismo y el independentismo
Así, durante las mencionadas jornadas se cerró un acuerdo para un documento conjunto sobre la financiación autonómica para que se tuviera en cuenta el incremento de la población y también la población flotante. Además, en las conclusiones, de la mesa redonda: 'Fiscalidad, modelo de estado y reivindicación de la periferia', donde intervino el entonces conseller de Hacienda, Vicent Soler, la reforma del sistema de financiación ocupó un espacio principal, así como también la gestión tributaria propia, con críticas a la "competencia desleal" entre autonomías que pudieran generar "una espiral de rebajas fiscales que comprometan los recursos necesarios para financiar los servicios públicos".
Sin embargo, un año y medio después estas cuestiones han salido de escena como reivindicaciones prioritarias, o al menos ya no figuran en el cartel como cuestiones de actualidad. De hecho, ninguna de las 10 mesas programadas parece que vayan a abordar esa cuestión de forma principal y quizá tampoco de forma tangencial. Así, la respuesta local ante las crisis globales; la alianza social frente a la inflación; el acceso a la vivienda; la protección del Mediterráneo, la agricultura, cultura, movilidad, sanidad, igualdad o los fondos europeos dirigidos a los sectores productivos, serán los temas elegidos para la decena de paneles conformados.
Tal y como ha ido informando Valencia Plaza en los últimos meses, la vehemencia de la reivindicación sobre la reforma del sistema de financiación ha ido decayendo progresivamente, especialmente desde la parte socialista del Botànic. El trabajo previo para la remodelación ya se hizo y la pelota sigue en el tejado del Ministerio de Hacienda, si bien el Gobierno de Pedro Sánchez ha preferido ralentizar la cuestión excusándose en la falta de acuerdo con el PP. De hecho, hace apenas unos días, se cumplía un año de la propuesta entregada por la ministra María Jesús Montero a las autonomías.
En cuanto a los socialistas valencianos, la creencia generalizada es que no habrá reforma en esta legislatura de un sistema que, cabe recordar, está caducado desde 2014 y es la base de un reparto que perjudica a los valencianos. En esta línea, la rebaja del discurso reivindicativo tiene su base, así lo admiten algunos dirigentes del partido, en que no parece que haya intención en acelerar el proceso en los próximos meses. Es más, como muestra un botón, ni siquiera se ha cubierto el puesto vacante en la Dirección General de Modelo Económico y Financiación Autonómica desde que María Dolores Furió lo abandonara en junio de este año.
Por otro lado, tampoco la fiscalidad ocupará aparentemente un espacio en las jornadas. Cabe recordar que Puig protagonizó en septiembre un debate nacional cuando anunció una bajada de impuestos -una línea algo distinta a la esbozada en la primera cumbre- que causó cierto revuelo también en su partido, pese a que finalmente el Gobierno de Sánchez acabó siguiéndola.