VALÈNCIA (EFE). La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo este jueves que el Consejo de Gobierno del organismo decidió subir los tipos de interés por unanimidad para llevar la inflación hasta el objetivo del 2 % a medio plazo y que las próximas decisiones sobre la política monetaria dependerán de los datos económicos.
El BCE decidió hoy subir sus tipos por novena vez consecutiva en un año, en un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,25 %, porque la inflación sigue demasiado elevada.
Lagarde explicó en rueda de prensa que "las perspectivas económicas a corto plazo para la zona del euro se han deteriorado debido principalmente a una demanda interna más débil", según Lagarde.
"La elevada inflación y unas condiciones de financiación más duras reducen el gasto. Esto lastra especialmente la producción manufacturera, que se retiene por la débil demanda externa", apostilló la presidenta del BCE.
La inversión inmobiliaria y empresarial se debilita también y los servicios son más resistentes, especialmente en subsectores de contacto intensivo como el turismo, pero el ímpetu se ralentiza en el sector servicios, según Lagarde.
El BCE prevé que la economía va a seguir débil a corto plazo y que la caída de la inflación, la subida de los ingresos y la mejora de las condiciones de la oferta deberían apoyar la recuperación.
Asimismo observa riesgos al alza para la inflación si suben los precios de la energía y de los alimentos, "también por la retirada unilateral de Rusia de la Iniciativa del Granos del Mar Negro".
Las condiciones meteorológicas adversas por la crisis del clima también pueden encarecer más los alimentos de lo que el BCE preveía hasta ahora.
Además, si los salarios y los márgenes de beneficios de las empresas suben más de lo previsto podrían impulsar al alza la inflación.