retrato 'VALENZIANO'

La generación Z según la generación Z

Cuatro jóvenes valencianos dirigen y gestionan proyectos encargados de retratar a la generación Z de la terreta, con la ventaja de ser ellos a su vez parte de esta y aprovechando la cercanía "generacional" para poder entrevistarlos. Sus proyectos viven en las redes, al igual que lo hacen los perfiles con los que contactan

2/10/2022 - 

VALÈNCIA. La generación de los "vagos y maleantes". La que quiere generar nuevos proyectos constantemente y dice de una vez por todas a sus padres que no, que de verdad quieren dedicarse a ser artistas y que no hay nada malo en ello. Generalmente cuando esta generación es vista o tratada desde los hombros de un adulto se recurre siempre a los mismos temas: la precariedad (que bien existen más en el mundo de las artes que no solo el de los jóvenes), la inexperiencia y el fenómeno de la novedad. Sin embargo cuando los pertenecientes a la generación Z son los encargados de contar los historias de los de su quinta el relato va mucho más allá: proyecciones, problemáticas, futuro y pasado de estas personas (porque sí, tienen un pasado aunque pueda parecer breve) y sobretodo una mirada que no alberga ningún tipo de condescendencia.

Encargados de encapsular a todos esos perfiles que lo están "petando" en la escena valenciana quedan los siguientes nombres: Lucía Liébana, creadora del proyecto fotográfico Un arte atravesado por la cotidianidad, Mar Castel quien se encuentra a cargo de la serie documental Ignorant y el dúo formado por Adrián Pedroche y Sergio Gadellon quienes desarrollan la serie Artezeta. Por sus proyectos han pasados voces como la de la cantante Amy, pinceladas como la del artista Antonio Ovejero, y poesía de la mano de Elsa Mor… Sus historias se entremezclan con más de una treintena de nuevos talentos que no han hecho más que arrancar, y que seguramente en unos años podrán ver, desde lo más alto, como veían el mundo con veintialgo años. Un retrato generacional para comprender su trayectoria, sus pasiones, su trabajo y por encima de todo para saber cómo ven el mundo que les rodea.

Pequeñas partes de un gran todo

Los cuatro jóvenes crean un contenido del que podrían formar parte perfectamente. También se sienten perdidos en según que cosas, tienen mucho que contar y no tantos recursos. La fijación de todos ellos es la escena valenciana, en parte porque da mucho de sí, tal y como lo explica Mar: “Hay mucho mercado de gente joven que tiene un proyecto en el mundo artístico. No necesariamente tiene que ser un trabajo remunerado, y de hecho en la mayoría de casos no lo era, pero desde Ignorant al final lo que busco es que sus mensajes puedan generar reflexión sobre ciertos temas". En el caso de Lucía lo único que encontraba en común es que todos los perfiles retratados son valencianos, que se apoyan entre ellos pase lo que pase, se conozcan o no... aunque no llegó a encontrar la tesis que perseguía: encontrar una estética valenciana, sin embargo si que se encontró con el diálogo: “Hay muchísimos proyectos y cosas chulas, en mis piezas hablo de lo cotidiano y de como es la época de crecimiento de los artistas. No convergen en un sitio común pero parten del mismo sitio”.

En voluntad de expresar todas las aristas que tiene el arte valenciano de la generación Z los perfiles que se buscan son diversos entre sí y cada uno tiene su espacio para el diálogo. Parte de estas claves es que realmente cada relato va por separado, la misma Lucía considera que albergar todas las peculiaridades de los proyectos podría ser “simplificarlos” y restarles mayor valor, al final que estas personas puedan desarrollar su discurso al completo en un espacio clave supone un gran avance para el tipo de contenido que están generando. Sergio, mitad de Artezeta, cuenta que lo que más les sorprendió no fue solo la personalidad fuerte y el buen gusto de sus entrevistados sino las “ganas de hacer cosas”: “Ven lo que quieren hacer y toman un camino que no es fácil, muchas veces se nos pone la etiqueta de vagos y realmente estas personas están con su proyecto a la vez que están estudiando o haciendo cualquier otra cosa”.

Ponerse al mismo nivel

Los tiempos suponen, de forma inevitable, una parte importante del proceso de creación. La mayoría de los retratados, tanto como los realizadores, generalmente trabajan y estudian al mismo tiempo que llevan a cabo su proyecto personal, para el que sacan horas de donde no las hay: “La falta de tiempo es un factor clave, muchas veces cuesta mucho compaginarlo todo. No solo se trata de mi trabajo como creadora en este aspecto”, explica Mar, “también tenemos que tener en cuenta que es un trabajo  en el que hay muchas personas involucradas”. Y de forma irremediable los conceptos que más se reflejan los de ansiedad, precariedad e incertidumbre, que tal vez de forma artística pueden paliarse en parte con proyectos como estos. Por ejemplo, los cuatro entrevistados coinciden en que una de las cosas que dan la chispa a sus proyectos es la comodidad con la que se sienten los entrevistados.

Desde Artezeta tienen claro que el nivel de “colegueo” y buen rollo permite perfectamente que se plasmen las ideas que tal vez no saldrían a flor de piel en una conversación con un adulto, tal y como lo cuenta Adrián: “Lo que hacemos es buscar la comodidad del entrevistado, una de nuestras claves fue por ejemplo pedirles a los entrevistados que nos dijeran donde querían que les entrevistáramos, de esa manera no se sentirían pequeños como en un plató”. En este caso en el trabajo de la dupla se puede ver como telón de fondo los pisos de los artistas, una terraza o incluso parques, en los espacios en los que se sienten “más seguiros y más confiados para hablar de todo”. En el caso de Mar cabe tener en cuenta que esa cercanía no es incompatible con la profesionalidad del trabajo, ya que un foco y una cámara puede trasladarse a todo tipo de espacios: “Al final es importante que se sientan seguros, lo que hacemos para esto es crear situaciones familiares o acercarnos a las zonas que les resultan más comunes”, como puede ser el caso de pasear por el barrio o ir de tiendas, por ejemplo.

Esta comodidad, para Lucía, permite que cuenten todo sobre su obra. Como realmente dentro de la “cotidianidad” se puede resaltar las particularidades de todos los relatos. En su caso, en el proyecto, su retrato va a través de la fotografía y el texto por lo que realmente se plateaba todo como una “conversación tranquila y generando un espacio guay, que deja entrever la proyección de futuro de todos ellos”. Esto le lleva a los artistas a su vez a hacer que se definan y que encuentren su espacio y su forma de formar parte de un gran todo, en el que de forma inevitable estos cuatro emergentes también conviven. La comodidad, el “buen rollo” y las ganas de montar algo muy grande es lo que finalmente permite que el retrato de la generación Z a través de la generación Z resulte algo totalmente único de ver.

-Y para cerrar... ¿Qué supone para vosotros retratar a personas de vuestra misma generación?

-Mar: “Yo lo que tengo que hacer es retratar, no representar. No considero para nada que estemos representando a una generación, yo quería retratar como están viendo las personas este contexto. Al final los entrevistados tienen que hablar de las cosas que conocen y que han experimentado no me gusta “adaptar” el punto de vista de otra gente, porque a lo mejor yo no he pasado por eso que han vivido ellos. También nuestras historias conviven con las suyas porque todos estamos pasando en cierto modo por lo mismo, es una manera de contarlo desde un punto de vista que comprende y vive lo que ellos están pasando”.

-Lucía: “Supongo que este reato nace precisamente porque estoy dentro de esto, no soy capaz de abstraerme de ello y considerar los factores generacionales que interfieren en esta escena artística valenciana. Evidentemente los hay, pero creo que podré conocerlos con tiempo y perspectiva, estando dentro es muy complicado verlo porque yo también soy parte de eso y también lo vivo. Además, hablar de los artistas desde un punto súper humilde hace que se genere un espacio muy seguro, les doy el tiempo y la libertad necesaria para responderme a las preguntas, también me están haciendo un favor ellos a mi participando en este proyecto".

-Sergio: “Es mucho más fácil hablar con gente que conoces y te suena, personas con las que tenemos algo en común. Esto nos hace generar mejores lazos a la hora de entrevistar, lo cuentan con una tranquilidad diferente a la que existiría en una conversación con una persona que les saca 20 años”.

-Adrián: “Es un proyecto que funciona muy bien. Empezamos el proyecto con un “a ver qué pasa” y realmente hemos visto que hay muchas personas dispuestas a contarnos su historia y otras muchas quieren verla. Es una acogida que nos ayuda a proyectar que tal vez esto pueda llegar a funcionar mejor en un futuro. Puede que con más recursos y planteándolo de una forma más grande”.

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