VALÈNCIA (EP). La jornada escolar continua otorga la función de custodia o cuidado fundamental de los alumnos a sus familias en horas laborables, lo que conlleva la pérdida de 8.048 millones de euros de ingresos y el aumento de la brecha de género, ya que 66,4% de este impacto lo asumen las mujeres.
Así lo ponen de relieve las conclusiones del informe 'Jornada escolar continua: Cómo la pandemia está acelerando un modelo social y educativo regresivo', elaborado por el director de Educación en EsadeEcPol, Lucas Gortázar, la profesora de la facultad de Educación de la UAM, Marta Ferrero, y Ángel Martínez, analista en EsadeEcpol.
La investigación aborda el impacto de la jornada escolar continua y abre el debate sobre este modelo, cada vez más extendido entre los centros públicos de Infantil y Primaria, especialmente, tras la pandemia del coronavirus. Para ello, los autores del informe han comparado, por primera vez, esta problemática con los datos de la Encuesta de Calidad de Vida y se ha consultado a más de 2.000 docentes.
Según las conclusiones de este estudio, en el caso de los alumnos, "no existe evidencia rigurosa" respecto al efecto de la modalidad de jornada sobre el rendimiento académico, aunque "algunos estudios correlacionales apuntan a que la jornada completa (o partida) está asociada a mejores resultados".
"Lo que sí existe es evidencia abundante y robusta sobre cómo el tiempo (lectivo y no lectivo) en la escuela supone un impacto positivo en los alumnos en términos académicos y socioemocionales; también que la jornada completa (o partida), con un almuerzo temprano y una pausa después, se adapta mejor a los biorritmos de los alumnos y mejora su salud, ciclos de sueño y bienestar", sostiene el estudio.
Respecto a las familias, la investigación señala que "la evidencia científica apunta a un factor clave habitualmente ignorado en España (clave para la igualdad de género), pero que la pandemia ha puesto de manifiesto: la escuela tiene también una función de custodia o cuidado fundamental".
En este sentido, los autores señalan que "cuando la escuela es a tiempo parcial, el empleo de las familias se resiente, pues sus jornadas laborales nunca pueden superar las 25 o 28 horas semanales".
Para los investigadores, la jornada escolar continua tiene "un efecto negativo y significativo en los ingresos y el empleo de las familias, especialmente grande para las madres, que son quienes concentran el 66,4% del impacto, lo cual contribuye a agravar las brechas de género existentes". Esto supone, además, cada año, una pérdida de 8.048 millones de euros de ingresos para las familias.
En relación con el profesorado, las conclusiones del estudio revelan que "se trata del colectivo que más se beneficia de una jornada matinal (continua), tanto en términos de bienestar como en posibilidades de conciliación".
En la encuesta realizada a los docentes, este colectivo se muestra mayoritariamente a favor de la jornada matinal (continua); y, "paradójicamente, subraya los beneficios para el alumnado y las familias (y no tanto para el profesorado mismo) como las razones principales para justificar dicha modalidad de jornada".
"Considerando al alumnado como el objetivo central de la política educativa, hay un enorme espacio para avanzar en el tipo de organización escolar a adoptar mediante un debate racional, basado en la evidencia científica y, a la vez, que articule espacios de consenso teniendo en cuenta a los distintos actores", sostienes los investigadores.
Asimismo, consideran que los beneficios de una jornada escolar a tiempo completo (de 9:00/9:30 a 16:00/16:30) con un almuerzo temprano (12:30 o 13:00) y un descanso en alumnado de 3 a 12 años "superan con creces los costes de mantener o incluso ampliar el statu quo".
En este contexto, añaden que después del "gigantesco" impacto que ha tenido la pandemia sobre la salud mental y el bienestar emocional de la comunidad educativa (alumnado, docentes y familias), "la respuesta no debe conducir a reducir el tiempo en la escuela, sino a ampliarlo". "El avance de la jornada matinal está ocurriendo mientras se niega la evidencia disponible sobre sus efectos perniciosos sobre el alumnado y las familias", subrayan.
Por ello, abogan por articular "otras alternativas a la jornada continua que hagan a su vez factible compensar al profesorado por el fuerte deterioro que ha experimentado su situación laboral durante la última década (primero con la crisis y después con la pandemia)".
Desde su punto de vista, el Estado debería aumentar en 1.140 millones de euros en la recaudación vía IRPF y destinarlos a ampliar la cobertura y cuantía de las becas de comedor hasta llegar a un 40% de todo el alumnado; desarrollar y mejorar las infraestructuras escolares para hacer posible un comedor en cada centro educativo a medio y largo plazo; y compensar al profesorado con un bonus para aumentar las horas de permanencia en los centros.