crónica del concierto

Lana del Rey conquista el FIB sin excesos de melodrama

La reina del 'sadness' no escatimó con sus fans e hizo un repaso por todos sus clásicos, acompañada de una batería, dos palmeras, dos columpios y una hamaca playera

20/07/2019 - 

CASTELLÓN. Era el concierto, con mayúsculas, de la jornada del viernes. De ahí, que muchos de sus fans estuvieran varias horas antes a su actuación en las primeras filas del escenario Las Palmas para conseguir la mejor panorámica. O vivías la actuación de Lana del Rey con muchas ansias -pues era su única actuación de este año en España- o creías que su voz sonando en el FIB iba a ser la música de velatorio de los muchos festivaleros que ya llevaban desde las siete de la tarde en pie. Aun así, era tal la expectación que muchos de los declarados como no-seguidores, se acercaron hasta la actuación de la estadounidese para alardear de su presencia. 

Media hora tardó, con todo ello, en salir la reina del sadness. "Good save the queen", que estaba convocada a la 1:00 y no aparecía. Aunque la espera poco importó. Mientras Lana no estaba, el público observaba con atención la puesta en escena que se estaba forjando sobre el escenario. Primero sacaron las palmeras, después desde el "cielo" cayeron dos preciosos columpios y finalmente sacaron una hamaca. Pero, lo que más problemas les dio fue la batería. Instrumento que le aportaría, sin duda, el toque festivalero a la velada. 

Conjugado cada uno de estos elementos, Lana del Rey estaba preparada para salir. Pero antes hace falta señalar que la cantante cogía el relevo de The 1975. La banda, llegada desde Manchester, despedía su rock alternativo con un "Dead" y "Good Bless" en las pantallas del recinto. Así que, de una forma bastante poética, la neoyorquina se estrenaba sobre el escenario del FIB con 'Born to die', una de las más populares canciones de su primer disco. Seguidamente pasó a  'Cherry', tema de su último álbum Lust for Life, a expensas de que en cosa de un mes publique su esperado Norman Fucking Rockwell.

Foto: CARLOS PASCUAL

"Hola Valencia", "gracias Valencia", dijo Lana del Rey en repetidas ocasiones. Una apelación a la ciudad que para los pocos asistentes de Castellón que había en el concierto fue mejor obviar. Aunque un señor, tras finalizar el recital de la artista, sentenció a la de Nueva York por no eludir como tal a la provincia. Son cosas que pasan; y aquí más de lo habitual. Dicho esto, el concierto de Lana del Rey continúo con canciones como 'White Mustang', 'Pretty When you Cry' o el exitazo 'Blue Jeans'. Todas ellas con su pequeña dosis de melodrama pero sin pasarse. De hecho, la artista estaba bastante animada y no reparaba en bajar al escenario o acercarles el micrófono a sus fans. 

Pero todavía quedaba noche. En solo una hora de concierto hubo tiempo para que sonora otro de sus nuevos temas, 'Mariners Apartment Complex', sus hits 'Video Game' y 'Summertime sandness', así como -a modo de remix- 'Change', 'Black Beauty', 'Young and Beautiful' y 'Ride'. Mientras, el público se balanceaba de un lado a otro al tiempo que cantaba al unison. No hubo casi empujones, tampoco volaron cervezas, por eso de que la gente no daba enérgicos saltos. Pero lo cierto es que tampoco hubieron bostezos. Muchos eran los que se preguntaban con el 'fichaje' de Lana, qué hacía una cantante como ella en un sitio como este. Quizá era la dosis de música "angelical" que los fibers necesitaban para lo que queda de jornada. 

Ahora bien, su estética del "perfeccionismo glam", sigue sin perderlo y la reina de sadness continúo su performance con 'Doin Time', 'National Anthem', 'West Coast' (para la que se arrancó en sus primeras estrofas a capela, dejando ahora sí su voz al vacío), 'Off to the races' y la última, 'Any speech', que interpretó más el playblack y los coros que la propia artista. Eso sí, por razones justificadas. Lana del Rey se despedía del FIB bajando como buena "reina" a saludar a sus fans. Aprovechó así para recoger regalos, brindarles de autógrafos, hacerse fotos y permitir algún que otro beso (a la mejilla, claro). Y esa fue la despedida. No hubo nada de eso de, "otra, otra, otra". Los fans quedaron sin voz gritando a Lana que fuera hasta su cámara. Y el resto, contemplamos ahora sí, el concierto por la pantalla.

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