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La política monetaria de la FED se endurecerá si se produce una desinflación

12/02/2024 - 

MADRID. ¿Deberían los bancos centrales bajar los tipos? Sin duda, esta pregunta tiene grandes implicaciones para los inversores. De hecho, este debate se ha intensificado recientemente en EE UU donde el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, ha disipado toda esperanza de que se produzca una bajada de tipos a corto plazo. Y es que, tal y como señaló "primero queremos ver más señales positivas".

¿Hizo bien Powell al mostrarse tan cauteloso? Quienes lo defienden opinan que aplicar estímulos antes de tiempo podría crear ciertos problemas a posteriori. ¿Por qué? Porque, si bien es cierto que aún existe cierta inquietud por una posible recesión, la producción económica de Estados Unidos creció un 2,5% en 2023, y es probable que dicha tendencia continúe a lo largo de 2024. 

Además, la tasa de desempleo está cerca de su nivel más bajo en 50 años y el indicador de inflación favorito de la Fed, es decir, el PCE subyacente (índice de precio del consumo personal básico que excluye alimentos y energía), sigue por encima del objetivo del 2%. Dado el sólido contexto económico, ¿por qué recortar los tipos y arriesgarse a que la inflación vuelva a subir? Es importante prestar atención a este punto de vista, al igual que a los argumentos en contra.

La mayor parte de los economistas esperan que el crecimiento de Estados Unidos se suavice al ir disipándose los efectos de la pandemia que aún perduran. De hecho, esto ya se puede observar en el exceso de ahorro de los hogares, el cual ha caído un 65% desde 2022. Este excedente no se está reemplazando, y gran parte del ahorro disponible procede de los hogares con una renta más alta y menor tendencia al gasto. 


Mientras tanto, aunque el nivel de desempleo sigue siendo bajo, ya se está observando un cierto equilibrio en el mercado laboral. Por ejemplo, podemos verlo en las ofertas de empleo actuales (que reflejan el estado de la demanda de trabajadores), las cuales se han reducido en un tercio desde 2022 y ya van camino de alcanzar los niveles anteriores a la pandemia durante la segunda mitad de este año.

Según la teoría económica, cuando una menor demanda coincide con una oferta estable, los precios suelen caer. Por ello, la situación actual podría seguir una tendencia desinflacionista. Por ejemplo, desde 2022, los aumentos salariales en EE.UU. se han ralentizado del 5,9% al 4,5%, mientras que la inflación subyacente del IPC ha caído del 5,4% al 2,9%. Y lo que es más importante, sobre una base anualizada de seis meses, la inflación subyacente del PCE ha subido sólo un 1,9%. En términos trimestrales, apenas llega al 1,5%. (Véase nuestro Gráfico de la semana).

Desinflación

Por tanto, ¿qué rumbo seguirán los precios? Los salarios en Estados Unidos se están suavizando al mismo tiempo que las ofertas de empleo, una tendencia que debería continuar. Mientras tanto, los costes de la vivienda (en particular, el de los alquileres) se han estancado, un factor que “más adelante se reflejará en los niveles de inflación ", según Powell.

Si se produce una desinflación, la política de la FED se endurecerá automáticamente, incluso si el banco central no hace nada. La cuestión para los inversores es si (a medida que se diluyen los efectos secundarios de la pandemia) la nueva economía podrá aguantar toda la presión.

Greg Meier es director de economía y estrategia global de Allianz Global Investors

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