La ruta del gas

La onda expansiva de las explosiones en el mar Báltico causaron miedo y estupor entre los observadores vía satélite del Centro Danés de Defensa, tan cerca del conflicto de Rusia contra Ucrania. No, no había sido un submarino ruso con  armas nucleares. Se trataba de varias explosiones submarinas que causaron cuatro fugas en los gasoductos Nord Stream I y II que cruzan el mar Báltico con una potencia equivalente a cientos de kilos de dinamita, según el informe oficial de Suecia y Dinamarca entregado a la ONU, que lo consideraban “un acto deliberado”…

Desde principios del siglo 2000 a.C. -antes de la Covid-, la ruta del gas ha sido saboteada continuamente con extracciones ilegales y cortes de suministro. No, ésta no es la primera vez que Europa se queda sin suministro de gas ruso. Ya ocurrió en 2006, en 2008 y en 2009. Ucrania se había convertido en la ruta de paso del gas ruso hacia el resto de Europa, un peaje que se pagó caro desembocando en la Guerra del Año II d.C. -después de la Covid-. Durante esos años y desde la crisis de 2008, los impagos de Ucrania provocaron un acuerdo entre Rusia y Alemania para la construcción de un gasoducto que evitara las servidumbres económicas y políticas ruta del gas por Ucrania, el Nord Stream I, con su paso por el mar Báltico.

En 2010 se inició la construcción de esta vía de suministro por mar y en 2021 estaba a punto de abrirse la llave del Nord Stream II, que corre paralelo al primero. Así lo anunció el presidente ruso Vladimir Putin, el 29 de diciembre pasado, cuando comenzó a llenar los dos ramales que surcan las profundidades del mar. Día antes, Alemania destacaba el “rol geoestratégico” del gasoducto Nord Stream II en boca de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock. El 12 de enero de 2022, el Senado norteamericano anuncia sanciones para las empresas que comerciaran con este gasoducto.

La invasión de Ucrania el 23 de febrero siguiente tuvo como respuesta de Estados Unidos toda una declaración de intenciones, ya en el primer párrafo de la declaración de su presidente, Joe Biden: “Desde que Rusia comenzó a desplegar tropas en la frontera con Ucrania, Estados Unidos ha trabajado en estrecha colaboración con nuestros aliados y socios para brindar una respuesta fuerte y unificada. Como dije cuando me reuní con el canciller Scholz a principios de este mes, Alemania ha sido un líder en ese esfuerzo y hemos coordinado estrechamente nuestros esfuerzos para detener el oleoducto Nord Stream 2 si Rusia invadiera más Ucrania”.

Las explosiones en los dos gasoductos ruso-alemanes que cruzan el Báltico, a su paso por aguas danesas, fue el punto de inflexión a finales de septiembre para que Putin amenazara con el corte total de suministro desde esos canales para Europa. El “sabotaje” se investigó por ambas partes, que se culpabilizaron mutuamente. Fuentes expertas hablan también de un accidente causado por la presión del gas acumulado, al no tener la salida habitual en el conducto I y estar cerrado desde Europa el conducto II.

Poco antes, en 2020, el secretario de Estado Mike Pompeo dijo ante el Senado de los Estados Unidos: «Haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que ese oleoducto no amenace a Europa. Queremos que Europa tenga recursos energéticos reales, seguros, estables y seguros que no se puedan convertir». En marzo de 2022, la UE acuerda con EE.UU. aumentar el suministro de gas para reducir la dependencia rusa.

 
-El DOC0309-2022 que encontré en la tarjeta SIM de la Tieta no es nada nuevo, David. Se trata del informe que RAND publicó, el 24 de abril de 2019, bajo el título “Overextending and Unbalancing Russia: Assessing the Impact of Cost-Imposing Options” (“Estresar y desequilibrar a Rusia: Evaluación del impacto de las opciones que le impondrían costes). Fue toda una declaración de intenciones, ya anunciada desde años atrás. Lo recogía un informe en redes sociales.

-Lo vi en su momento, Laura. El documento resume las acciones que Estados Unidos y sus aliados podrían llevar a cabo en los ámbitos económico, político y militar para tensionar la economía y las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. Recogía toda las medida que en 2022 fue aprobando el mundo occidental en general y la Unión Europea, en particular, contra su vecino ruso. Se traba de medidas económicas y militares, tales como imponer sanciones comerciales y financieras severas a Rusia, aumentar la capacidad de Europa para importar gas de proveedores distintos de Rusia, proporcionar ayuda letal a Ucrania, aumentar las fuerzas estadounidenses en Europa. Era como una vuelta a la Guerra Fría…, si es que alguna vez terminó.