CD CASTELLÓN

Las luces y sombras de Garrido

5/06/2019 - 

CASTELLÓ. La presencia de José Miguel Garrido en el Castellón ha sido más corta de lo que había planeado el empresario a su llegada al club y con logros mucho más modestos que los que anunció.

El líder de la sociedad Orbit Access llegó de la mano de Capital Albinegro como socio en el proyecto de reflotar deportiva y económicamente el club. Ya lo había logrado en el Albacete poco tiempo atrás y esa fue su carta de presentación. Su proyecto se inició el 29 de abril de 2018, con el Castellón peleando por ascender a Segunda División B y logró el objetivo con un bloque que había sido diseñado por el grupo de Vicente Montesinos.

Tras la victoria decisiva ante el Portugalete y las celebraciones correspondientes, tomó el control nombrando a un director deportivo que lo primero que hizo fue despedir por teléfono al 85% de la plantilla que consiguió subir. En su lugar llegaron jugadores con fichas de equipo aspirante a un nuevo ascenso, pero que rindieron como firmes candidatos al descenso. Todo eso en el marco de un objetivo claro de subir que no se dudó en repetir hasta la saciedad.

En el organigrama deportivo también figuraba Ángel Dealbert, accionista del grupo de Montesinos y ex jugador del Castellón, club con el que colgó las botas tras llevarlo a Segunda División B. El ex central dimitió nueve meses despúes de asumir el cargo por desavenencias con Garrido, en una clara muestra de la falta de sintonía que había entre los dos principales grupos de accionistas. Capital Albinegro no comulgaba con el modelo de gestión establecido por Garrido y reclamaba más participación en la toma de decisiones, mientras que el empresario madrileño consideraba que su condición de máximo accionista e inversor en el club le facultaba para llevar el mando sin tener que rendir cuentas ante sus socios.

Convivencia difícil

Esta diferencia de criterios hizo imposible la cohabitación entre los dos grupos, por lo que solo uno podía seguir. Las conversaciones para definir el control del club se iniciaron tras el último partido de Liga ante el Barcelona B, en el que los albinegros lograron la salvación en tiempo de descuento. Garrido exigió 2,3 millones para ceder el mando. Esa fue la cantidad que aportó en las tres ampliaciones de capital que impulsó tras llegar al club. Sorprendentemente, Capital Albinegro decidió reunir y abonar esa cifra, cuando hace un año y medio no puso un millón de euros correspondiente a la deuda con Hacienda, que dejaba al club con serio riesgo de liquidación, y que le llevó a buscar al socio con el que ahora ha pactado su salida.

El principal aporte de Garrido a la causa albinegra ha sido precisamente la liquidación de la deuda con Hacienda, que se logró gracias a la ampliación de capital con la que entró en el club. El Castellón respira mucho más tranquilo desde entonces al no haber peligro de desaparición inminente. Otro de sus principales atributos ha sido poner dinero de su bolsillo en un proyecto deportivo, cosa poco habitual en el fútbol actual, y seguir haciéndolo cuando el equipo estaba en la cola de la tabla, adquiriendo numerosos refuerzos en el mercado de invierno.

El problema es que la inversión realizada durante este año no ha dado los resultados deseados y genera unos costes en fichas que tendrá que asumir Capital Albinegro. 

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