CASTELLÓN. Los trabajos del nuevo trazado de la carretera Nacional 232 en el puerto de Querol avanzan... a menos de la mitad del ritmo que deberían. El proyecto constructivo estima un periodo de tres años para ejecutar los trabajos pero, al ritmo actual, estos se prolongarían durante seis años y nueve meses.
Y es que, según han confirmado a este diario fuentes del Ministerio de Fomento, actualmente se ha materializado aproximadamente el 27% de las obras, que comenzaron el 10 de junio de 2017. Es decir, en 22 meses ha sido ejecutado poco más de un cuarto de la nueva carretera que permitirá salvar el tramo más conflictivo de la N-232, cuando debería haberse materializado bastante más de la mitad.
No en vano, los contratistas de obra pública ya habían venido advirtiendo que las dificultades presupuestarias iban a marcar la ejecución de una actuación que en mayo de 2017 fue adjudicada a la Unión Temporal de Empresas formada por Pavasal, Construcciones Sarrión y Nortúnel por 39,9 millones de euros, un 38,5% menos de los casi 65 millones presupuestados inicialmente.
Ahora solo queda esperar que las obras no se prolonguen como las del tramo Ráfales-provincia de Castellón, que el Ministerio de Fomento ha anunciado este martes que el próximo viernes quedará abierto al tráfico. Los trabajos en los 14 kilómetros de trazado en este punto anexo de la provincia de Teruel (que comenzaron en la década de los 90 y posteriormente se tuvieron que volver a licitar en 2007) se vieron paralizados durante muchos años debido a los recortes derivados de la crisis de 2008, hasta que en 2015 se retomaron.
Posteriormente, dificultades técnicas, por ejemplo en el viaducto de San Bernardo, ubicado en las cercanías de la localidad turolense de Torre de Arcas, del cual se detectó que se hundía, según ha informado Lacomarca.net, han retrasado la finalización de las obras. Estas, además, han costado finalmente un 22% más de lo presupuestado, hasta elevar el coste final a 69,9 millones de euros, según han informado las fuentes de Fomento.
Una vez superadas estas dificultades, desde el viernes quedará inaugurado el nuevo trazado, que supondrá un ahorro de tiempo sustancial para los viajeros que se desplacen entre el norte de la provincia de Castellón y Zaragoza y desde allí a la Cornisa Cantábrica. De hecho, el sector turístico castellonense ha reiterado en numerosas ocasiones la importancia de mejorar este nexo de comunicación entre el Maestrat y el norte de la Península Ibérica, desde donde siguen procediendo buena parte de los turistas que se acercan a esta parte del litoral mediterráneo para pasar sus vacaciones.
Así las cosas, con el tramo desde la localidad turolense de Ráfales a Castellón ya acabado, y con las obras en marcha en el puerto de Querol, tan solo queda un tramo por mejorar en todo el trazado de la N-232. Se trata del trazado entre Masía la Torreta y Morella Sur, el anexo al puerto de Querol y que llega a la capital de Els Ports. En estos 5,3 kilómetros se prevé una inversión de algo más de 21 millones de euros.
Pero para ello se debe actualizar el proyecto constructivo, dado que el que existía caducó debido a que se incluyeron nuevos requisitos ambientales en el periodo transcurrido desde la aprobación por la tardanza en licitar las obras. Desde el 7 de septiembre del año pasado, la empresa encargada de la revisión trabaja en ella, recuerdan desde Fomento.