CASTELLÓ. Los apartamentos turísticos parecen resistir mejor a la pandemia de coronavirus. Y es que el año pasado los cuatro principales destinos de la provincia en cuanto a este tipo de alojamiento reglado (Peñíscola, Benicàssim, Oropesa y la capital provincial) vieron reducidos sus ingresos en un 22,5%, frente a la caída del 70% en la actividad de los hoteles.
Según las cifras de la patronal hotelera de la Comunitat, Hosbec, los apartamentos de estos cuatro destinos alcanzaron el año pasado una facturación global de 19,5 millones de euros, con lo que experimentaron la citada tendencia negativa del 22,5%. Peñíscola lideró la tabla con 11,7 millones de euros recaudados, pero sufrió un descenso de 3,5 millones respecto a 2019. De los cuatro destinos, Oropesa del Mar es el que logró acercarse más a las cifras del año anterior, dejándose aún así 560.000 euros en el camino.
Respecto a las reservas, la incertidumbre derivada de la situación y los cambios constantes en las restricciones de movilidad fueron factores clave para que un alto porcentaje se cerrase en los seis días previos a la fecha de viaje. Este hábito se acentuó, sobre todo, en Castelló de la Plana y Benicàssim.
Los destinos de Peñíscola, Castelló de la Plana, Oropesa del Mar y Benicàssim suman en su conjunto una media anual de 2.239 viviendas turísticas que se ofertan a través de plataformas on line. A la cabeza se sitúa Peñíscola, con 1.014 propiedades de las que 988 son casas enteras. De los cuatro municipios, Castelló y Oropesa se mantienen prácticamente estables en número de propiedades, mientras Benicàssim y Peñíscola experimentan descensos en la oferta disponible del 8% y 18% respectivamente.
Airbnb se impone en los cuatro destinos como plataforma comercial de viviendas turísticas elegida en más de un 70% llegando, incluso, al 92% en Castelló de la Plana. Por norma general, la política de cancelación es mayoritariamente flexible o moderada, salvo en el caso peculiar de Peñíscola, donde un 37% de la oferta mantiene una política estricta.
Las casas enteras representan en los cuatro casos más del 60% del total de propiedades y tienen sus máximos de ocupación anuales en los meses de julio y agosto, siendo este último el mes más puntero. Estos meses coinciden con las tarifas medias (ADR) más elevadas, que oscilan entre los 76 euros ofertados en Castelló de la Plana y los 127 de Benicàssim.
Como es obvio, Hosbec atribuye los datos al "peor episodio de la historia del turismo a escala mundial": la crisis sanitaria originada por el coronavirus. "El confinamiento de la sociedad, la reducción de la movilidad y como consecuencia la disminución al mínimo de la operatividad de las aerolíneas han provocado que los flujos de turistas hayan quedando prácticamente congelados, sobre todo, a nivel internacional; una situación de gran complejidad que ha generado un impacto sin precedentes sobre los alojamientos turísticos", valoran desde la patronal autonómica.