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El cielo aguarda / OPINIÓN

Las derrotas consentidas

28/04/2022 - 

Realmente no sé qué pensar cuando se quiere conmemorar el 25 de abril. Porque lo que se recuerda es la Batalla de Almansa, tristemente una guerra con vencedores y vencidos. Y en el caso que se rememora es la derrota de uno de los dos bandos que se enfrentaba en la contienda y que a la postre se tradujo, entre muchas otras cosas, en la derogación y pérdida de los fueros valencianos establecidos por Jaume I y sus sucesores desde 1238.

Pero este 25 de abril de 2022, además, el president de la Generalitat Ximo Puig reivindicaba una financiación justa para la Comunitat Valenciana, defendiendo que el pueblo valenciano “no consentirá nuevas derrotas”.

¿Podríamos pensar que, si el derrotado hubiese sido el vencedor de aquella batalla, en estos momentos la Comunitat sería una de las autonomías mejor financiadas en España? ¿Tendríamos un trato ad hoc como ocurre con el País Vasco o Navarra en cuanto a recaudación y gestión de nuestros impuestos? ¿Sería la fiscalidad actual la justa para los valencianos? ¿Seríamos unos privilegiados? Seguramente muchas cosas habrían cambiado. También la historia de España y del mundo.

Lo que les puedo asegurar es que, desde que existe la Democracia y la Constitución del 78, todo ha estado en manos de los dos grandes partidos de España. ¿Y por qué lo digo? En 2006 el derecho civil valenciano se volvió a recuperar con la reforma del Estatut, impulsada por el PP con apoyo del PSPV. Pero una nueva guerra perdida en Madrid, en la casa de todos los españoles, daba al traste una victoria que se pretendía cantada por los valencianos. Esta vez el vencedor era el PSOE a modo de recurso ante el Tribunal Constitucional, pero que poco después vencería el PP manteniendo ese recurso hasta el fallo en 2016. De nuevo el derrotado no era otro distinto que el ciudadano valenciano.

Si analizamos las palabras del president del otro día, que no se mojó con esta reivindicación histórica como si los fueros no fueran con él, la reclamación de la ansiada financiación suena más a burla que a otra cosa. El primer discurso del aclamado president Puig hace siete años fue en los mismos términos de reivindicación de una financiación justa, adecuada y necesaria para todos los valencianos. Pero siete años después de la victoria en las urnas, gracias a la suma de escaños que no de votos, esa victoria se ha convertido de nuevo en derrota al estar en el mismo punto de partida que en su inicio.

Sin ningún avance en la reforma de la financiación autonómica y con los papeles escondidos en los cajones para sonrojo de los gobernantes. Sin ningún avance, pero con los mismos derrotados, los valencianos, que hemos comprobado y certificado como nos hemos empobrecido y endeudado hasta los 53.000 millones de euros sin tomarlo ni quererlo. Mejor dicho, cómo nos han empobrecido, endeudado y arruinado por una nefasta gestión de las finanzas públicas por parte de los gobiernos, tanto populares como botánicos en esta tierra.

Sencillamente solo toca que los valencianos hagamos una cosa, y es tomar la palabra al president Puig al pie de la letra y no consentir nuevas derrotas. Y eso sí que está en nuestras manos, no con un fusil como lo están intentando los pobres ucranianos a los que miramos inexplicablemente sin actuar desde la lejanía, sino con el arma de una papeleta que tenemos que usar inteligentemente para luego no lamentar y evitar una nueva derrota consentida de los valencianos.

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