VALÈNCIA. Tras años de preparativos -y una pandemia de por medio- València es por fin Capita Mundial del Diseño. Este 2022 se ha puesto en marcha la programación que acompaña al sello concedido por la World Design Capital (WDO), un despliegue que ha desvelado la mayor parte de las cartas que hasta ahora escondía. Más de medio año después, la Capitalidad se prepara ahora para la traca final, que llegará a partir de septiembre y se desarrollará hasta final de año, unos últimos meses de actividad que, también, serán el momento para responder a algunas de las preguntas pendientes del proyecto.
“Nosotros no somos ajenos a la sociedad, con todos sus avatares y movimientos. Lo que no calculábamos cuando nosotros estábamos lanzándonos a esta historia era que podía haber una liquidación de un Consorcio [y] la generación de otro [ente]. Evidentemente el Ayuntamiento y la Generalitat han de configurar un nuevo ente que debería ser nuestro interlocutor”. Estas palabras las firma el presidente de la Fundación Valenciana del Diseño, Vicent Martínez, en una entrevista publicada esta misma semana en el podcast El Briefing. El cambio en La Marina ha pillado a los impulsores del Centro del Diseño -que será sede de la fundación, el Arxiu y espacio expositivo- en pleno proceso de formalización del proyecto. Tras ser presentado al Consorcio Valencia 2007 -ahora en proceso de liquidación- y ser anunciada su ubicación en las bases de Iberdrola, lo cierto es que la cesión depende de la Autoridad Portuaria, dueña del terreno, que todavía no ha dado luz verde al proyecto. “La perspectiva es optimista, pero podría pasar de todo [...] Si ocurriera algo, tendríamos otras soluciones. Espacios hay”, recalca Martínez esta misma semana. De momento, toca esperar.
Fue el pasado mes de junio cuando se inauguró el Ágora València, un pabellón ubicado en la plaza del Ayuntamiento que se convertirá en el gran anuncio de la Capital de cara a la segunda parte del año. Durante estos seis meses, especialmente a partir de septiembre, el espacio acogerá gran parte de la programación de la Capitalidad del Diseño, un calendario todavía por desvelar al completo que incluye un espectáculo lumínico o un ciclo de conciertos. El espacio ha contado con un presupuesto de medio millón de euros (que han corrido a cargo del Ayuntamiento -300.000 euros-, la Diputación de València -100.000 euros- y La Marina -100.000 euros-), una construcción efímera que ocupará el corazón de València hasta final de año. Pero, ¿después qué? El alcalde de València, Joan Ribó, anunció su intención de que en 2023 se traslade a La Marina, aunque lo cierto es que desde entonces no se ha concretado nada sobre el espacio que ocupará, el presupuesto que se destinará al traslado o, más importante, cuál será su uso. “De momento se está en conversaciones y no se ha decidido todavía dónde será instalado el Ágora València después del mes de diciembre […] Con referencia al coste del traslado, cuando se determine su ubicación se iniciará un nuevo proyecto de traslado y de nueva construcción. En el caso de instalarse en La Marina, será esta la que asuma el coste”, expresaron desde el gobierno municipal en julio a una serie de preguntas formuladas por el grupo Ciudadanos en el pleno municipal.
La cuestión del presupuesto de València Capital del Diseño ha sido clave para entender cómo se ha construido aunque, también, uno de sus grandes dolores de cabeza. Lo cierto es que saber cuál es el presupuesto total del proyecto es algo complejo. Gran parte de la financiación directa proviene de las arcas públicas, con 4,5 millones de euros de la Generalitat y el Ayuntamiento de València. Si bien, en un primer momento se esperaba que la aportación privada fuera similar, finalmente no ha llegado a alcanzar el medio millón, un bajo interés que la dirección de la Capitalidad aduce a los efectos de la pandemia, entre otras cosas. Pero, incluso con los números encima de la mesa, la pregunta sigue sin contar con una respuesta completa. Gran parte de la programación que se incluye bajo el paraguas de la Capitalidad es en colaboración con otras instituciones, en gran medida públicas, como puedan ser museos, que se han hecho cargo de los gastos de los proyectos desarrollados, una inversión no incluida en el montante inyectado de manera directa y que no se conocerá en su totalidad hasta 2023.
Desde que se anunciara a València como Capital Mundial del Diseño no solo se puso en marcha la maquinaria para generar una programación que acompañara al sello, sino también para adaptar las estructuras institucionales que, años atrás, miraban al sector desde bien lejos. Con esto se comenzaron a mejorar los sistemas de contratación, una llamada a proyecto que el director de la Capital, Xavi Calvo, definía como una suerte de “caballo de Troya” para la entrada del diseño en la administración pública. Esta entrada, sin embargo, debía definirse con un proyecto mayor que se ubicara en el “corazón” de la institución, proyecto en el que se estaba trabajando por una doble vía: la local y la autonómica. Desde entonces, ha sido el Ayuntamiento de València el que ha tomado la delantera a la Generalitat por lo que respecta a la gestión del diseño, especialmente con la aprobación del Consell Municipal del Disseny. Si bien se sigue trabajando de la mano de la administración autonómica para concretar nuevas fórmulas de colaboración, lo cierto es que todavía no se ha concretado un organismo o estructura en este sentido. Tampoco se sabe nada del consejo asesor en materia de comunicación, publicidad y creación de valor que el president, Ximo Puig, anunció en 2018, durante un discurso en La Lluna, el festival de comunicación y publicidad, organizado por ComunitAD.
Tras muchos meses de trabajo interno y debate, finalmente fue el pasado mes de junio cuando se aprobó la creación de un Consell Municipal del Disseny, un organismo consultivo creado para servir de apoyo a las distintas concejalías que conforman el gobierno municipal en materia de diseño. Con su aprobación también se respondió a una de las preguntas clave: quién. Serán doce los miembros que compongan el consejo, entre los que se incluye premios nacionales Marisa Gallén y Nacho Lavernia; el codirector del Arxiu Valencià del Disseny, Xavier Giner; o la vicepresidenta de la ADCV, Yolanda Herráiz, tal y como avanzó este diario. Pero una vez creado, ¿qué? Habrá que esperar al mes de septiembre para que se constituya de manera oficial y se celebre la primera de las reuniones del nuevo Consell, un encuentro que debería definir los primeros objetivos concretos de un organismo que ya tiene forma pero necesita contenido, un proyecto ‘piloto’ en el que no pocas instituciones -a nivel autonómico y nacional- tienen puestos los ojos.
Si bien desde la Capitalidad se ha tratado de conectar con Castelló y Alicante -con mejor resultado en la primera que en la segunda- con el objetivo de generar vínculos con la Capitalidad, lo cierto es que València es inevitablemente la ciudad seleccionada y, además, ha entrado en un proceso de transformación en el que sus ‘hermanas’ están quedado atrás. Si bien se han apoyado citas desde el punto de vista de la programación, como pueda ser el Besign Fest o su colaboración con la asociación La exprimidora, una de las grandes cuentas pendientes pasa por la implicación política e institucional, que ha sido más bien tímida. Desde hace años el Ayuntamiento de València ha generado nuevos mecanismos de contratación, de la mano de las distintas asociaciones profesionales, que han acabado con los concursos especulativos y han ampliado los vínculos con ilustradores y diseñadores. Al mismo tiempo, en el contexto de la Capitalidad, se han desarrollado nuevas fórmulas de colaboración que han cristalizado de manera especial en la puesta en marcha del Consell del Disseny. "Deberían aparecer más consejos municipales del diseño y, por qué no, uno autonómico”, defiende Vicent Martínez. De momento, está por ver hasta dónde llegan los tentáculos de la Capitalidad.
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