VALÈNCIA. (EFE) La tasa de abandono escolar en la etapa obligatoria en la Comunitat Valenciana fue del 15 por ciento en 2020 -la misma que la media nacional-, aunque se advierte un "gran salto" con respecto al año 2005, cuando se llegó al 35 por ciento.
Así lo indica el Colegio Oficial de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunitat Valenciana (Coeescv) citando datos del Informe Educativo de la Fundación Europea Sociedad y Educación, sobre el abandono educativo temprano en España 2021.
Según el Colegio Oficial, el abandono escolar prematuro es una situación "compleja y muy grave" que "con este curso de la nueva normalidad se necesita reflexionar sobre la posibilidad de nuevas medidas educativas que puedan paliar este hecho y en el que la Educación Social puede ser un agente clave".
El Informe de la Fundación Europea indica que la media de abandono educativo en España es de un 15 %, mientras que los objetivos marcados por la Unión Europea para 2020, la media del resto de países se fijó en una tasa del 10 %.
Dentro de ese 15 %, dos de cada tres son hombres y la tasa del alumnado extranjero dobla a la del alumnado nacional.
En cuanto a las comunidades autónomas, entre 2005 y 2020 se ha ido suavizando la tasa de abandono escolar en la etapa obligatoria, siendo en la Comunidad Valenciana del 15 %.
Las fuentes destacan que las competencias educativas están transferidas a las comunidades autónomas, lo que "acaba traduciéndose en una gestión con enormes diferencias tanto en recursos y organización, como en los resultados obtenidos en los diferentes territorios".
"En la Comunitat Valenciana se advierte un gran salto, del 35 % de abandono prematuro en 2005, al 15 % del 2020", señala la entidad, que matiza que durante el año de la pandemia muchos menores "han visto reducidas muy seriamente sus posibilidades de seguir el curso por sus realidades socioeconómicas, entre los que se incluye la brecha digital.
Según indican las fuentes, a pesar de los avances, todavía no se llegan a cumplir las metas fijadas por Europa y se deberán tener en cuenta qué actores pueden intervenir como agentes clave para eliminar las desigualdades existentes.
Afirman que la situación actual "ha aumentado las desigualdades a una crisis económica que azota a las personas en situaciones más desfavorecidas, a la desconfianza generada por los discursos de odio".
Por ello, consideran que se deben incorporar otras figuras profesionales como las de la Educación Social que "pueden contribuir a una mejora de la situación con programas preventivos e individualizados en la etapa de las escolarización obligatoria".
"Junto a la aplicación de políticas de mejora, dotación de recursos, y la creación de leyes y normativas específicas para ello, se traduce en una población adulta más tolerante, con mayores niveles de confianza y una mayor conciencia de la equidad", aseveran.
Afirman que en la Comunitat Valenciana se han ido aplicando políticas de mejora y se trabaja para dotar de recursos a la inclusión, creándose incluso leyes y normativas específicas para ello.
No obstante señalan que se hace "sin crear los espacios para que otros profesionales, como los y las educadoras sociales, puedan acceder al sistema educativo y atender la diversidad de realidades que aparecen en las aulas".
"Podrían intervenir y hacer el seguimiento adecuado tanto con el alumnado, las familias, el entorno y encargarse de la coordinación y colaboración de diferentes ámbitos, entre ellos, los Servicios Sociales de Atención Primaria Básica", explican las fuentes.
Aseguran que cada vez hay más municipios como Mislata, Xirivella, Almassora, Alzira o L'Alcudia de Crespins, entre otros, en los que se apuesta por "implementar diferentes e interesantes programas que se aplican en colegios e institutos".
"Se habla de inclusión educativa en las nuevas normativas publicadas pero todavía queda mucho trabajo por realizar y reconocer la Educación Social como un punto de encuentro en el que facilitar el camino hacia el cambio", concluyen desde el Coeescv.