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La planta ucraniana está situada en la región de Vinnytsia

La valenciana Dacsa, con molino en Ucrania, pendiente de la invasión de Rusia y de los precios

11/03/2022 - 

VALÈNCIA. (EFE) La compañía valenciana Dacsa, con sede en Almàssera y que genera el 67 % de su negocio con la molienda de maíz, sigue con atención las informaciones sobre el conflicto en Ucrania, país en el que en otoño de 2020 puso en marcha un molino fruto de una "joint venture" o sociedad conjunta con el grupo Bunge.

La planta ucraniana está situada en la región de Vinnytsia, "donde bombardearon hace unas noches el aeropuerto, de vuelos domésticos", a unos 150 kilómetros al norte de Odesa, en un área eminentemente agrícola que por ahora está "lejos de la zona de conflicto", ha explicado a Efeagro la consejera ejecutiva de Dacsa, Araceli Ciscar.

"Esa zona todavía está tranquila, pero la actividad se paró inmediatamente tras la invasión" de las tropas rusas, ha confirmado.  De la veintena de trabajadores del molino, "algunos están en casa, varias mujeres han salido con sus hijos y los hombres de la plantilla están en el frente", ha comentado con preocupación.

El molino se puso en marcha en plena pandemia y en 2021 las tareas se centraron en la homologación de clientes y las pruebas de funcionamiento, ha explicado Ciscar antes de apuntar que ya este año era cuando estaba previsto que alcanzara el 60 % de su actividad óptima.

El conflicto de Ucrania ha provocado que Dacsa tenga que proveer a sus clientes en ese país desde España; el molino de Vinnytsia, además de hacer frente a la demanda local, iba a dirigir su oferta a otros clientes de Medio Oriente, sobre todo de Jordania, Líbano y Egipto.

La elección de poner en marcha un centro en Ucrania vino determinada por su posición competitiva y porque es un país productor de materias primas como el maíz; también, por el conocimiento del mercado de su socio, ya que Bunge tiene allí, en el puerto de Nikolaev, una extractora de girasol de gran dimensión.

Ha asegurado que en esa zona de Ucrania las relaciones comerciales con Rusia -donde Dacsa no tiene ninguna inversión- eran inexistentes, "estaban vetadas".

Dacsa, que cuenta en total con diez plantas productivas, registró el pasado ejercicio una facturación de 350 millones de euros, una cifra que este año prevé superar "de forma considerable", pero sobre todo por el incremento de costes", aunque también por el de volúmenes.

La subida del recibo energético y de las materias primas "no hay empresa que lo soporte", ha lamentado Ciscar, quien ha calificado la situación de "insólita", por lo que en la medida de lo posible, Dacsa "intenta repercutir al mercado" ese alza de los costes de producción.

Además de la molienda de maíz, la firma cuenta con otras dos líneas de negocio, la de molienda de arroz y la de soluciones alimentarias, ahora esta última centrada en la investigación y desarrollo de productos listos para comer en los que la proteína vegetal desplaza a la de origen animal.

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