Al igual que muchos de mis allegados y conocidos, también he comenzado a abandonar las Redes Sociales (RR SS). O lo que es lo mismo, a utilizarlas de otra manera, o casi nada. Y a borrar todo lo que pueda de mi perfil para que en algún momento no pueda ser utilizado en mi contra por países/negocios invasores...Quizás llega tarde mi decisión y las burradas ya estén archivadas.
He dejado de confiar en ellas, como me niego cada día más a facilitar con ligereza mis datos. Estoy hasta más arriba de rechazar llamadas a todas horas de “mis asesores” de telefonía y de ofertantes de supuestas gangas y rebajas que no dejan de ser embaucadores comerciales de enormes mentiras y formación psicológica.
¿No iba este gobierno de tantos ministerios a limitar esas llamadas? Pues se ve que no. Al menos, en mi caso. Se lo tuve que decir el pasado sábado a una de esas llamadas que me entró poco antes de las ocho de la mañana y a otra cerca de las cuatro de la tarde mientras en casa dormitábamos. Entiendo que los comerciales tengan que hacer su trabajo, pero al final habrá que hacer una lista manuscrita de las compañías a las que representan para denunciarlas en toda su extensión ante ministerios como el de Consumo que ve cómo los precios se desbocan y cada día nos obligan a consumir menos, pero no hace nada.
Decía lo de las RR SS porque se han convertido en coladeros de mentiras y vanidades políticas y personales. Cada día más. Si hoy o desde hace unos años son los jueces quienes se están encargando de quitarnos de encima a políticos corruptos o inculpados que no quieren dejar sus cargos ni con salfumán y vividores nobles, las redes sociales se han llenado de trolls e intrusos que los defienden aún a sabiendas de sus actuaciones oscuras a través de perfiles falsos o verdaderos pero que representan la voz del partido. Esto es, unos acusan con pruebas y otros defienden con mensajes falsos o sin pruebas. Qué decir de los denominados influencers que nos quieren colar lo que las marcas desean vender. Así que, al parecer, ya no tenemos ni siquiera capacidad de valorar por nosotros mismos. Esta sociedad se está convirtiendo en grupos de rebaños dirigibles. De ahí mi inquietud y desasosiego tecnológico ya convertido en simple voyeur. Fui un ingenuo de las nuevas tecnologías. Aceptaba “amigos” por cortesía. O sea, un lelo. Ahora lo pago. ¡Se colaron todos! Muchos son como garrapatas.
Me aturrullan los partidos y los adláteres contratados para montar bulla y repetir sus mensajes, personajes que encima pagamos todos, además de esa publicidad de siglas que también les abonamos todos vía subvención de partidos que sale de nuestros impuestos. Por eso quieren cobrarnos más, para hacer lo que les plazca en cada momento: desde cambiar flotas de vehículos de alta gama sin venir a cuento y en un momento innecesario ya que existen otras prioridades, a contratar a base de miles de euros a empresas externas para confeccionar encuestas que les digan cómo van de bien o de mal de cara a unas elecciones que pueden caer en cualquier momento.
De eso nuestra Generalitat y Estado saben un rato, tanto de comprar más coches oficiales como de contratar asesores, meter más cargos de libre designación y montar campañas propagandísticas y manipuladoras o conceder subvenciones a los más pelotas y menos críticos con el poder. Vamos, lo mismo de siempre, lo mismo que en su día criticaban y ahora imitan con descaro. Son todos iguales. Es tocar el poder y palmarla. Así empezó Grecia, Cambiando coches y contratando conductores. Hasta que les mandaron a los de negro porque de gestionar, lo justito.Y la deuda aumentando.
Tenía en mi lista de amigos dos concejalas de Valencia, por ejemplo, que no paraban de mandarme fotos de su día a día, no con resultados y propuestas, sino repitiendo su agenda diaria y en lo que se habían ocupado en las últimas horas. O sea, paseos, almuerzos, saraos y “reuniones”.
He llegado a recibir fotos sobre supuestas “importantes citas” pero sin conclusiones finales o ningún papel sobre la mesa. O sea, pura fachada.
Pero la absoluta y definitiva decepción de las redes sociales la he tenido con la invasión de Ucrania y el descarado uso que Rusia ha hecho de las suyas. Pura manipulación.
Pero eso tiene una segunda lectura. Los grandes mass media han pasado a un segundo plano, como los corresponsales de guerra. La gente ya no lee. Sólo se fía de las RR SS. Y hoy son los gobiernos las que las manejan. Luego vendrá el olvido, como sucedió con Siria, Yemen el África subsahariana, La Palma o las revueltas de las que no nos enteramos porque deja de interesar por saciedad. Ya se sabe, el exceso de información conduce a la desinformación, y por ende al cansancio.
Sé que esta penitencia me va a pasar factura. Me expulsarán del mundo “real”. Seré un outsider. Superar el “mono” del “like” será mi castigo. Pero lo conseguiré. Volveré a ser yo. Y cuando observe a familias enteras y grupos de amigos en restaurantes, bares o jardines absortos frente a sus celulares sin dirigirse palabra podré decirles desde mi interior:”Estáis alienados. Os manipulan.La vida es otra cosa”.