CASTELLÓ. Más de 80 vinos para copear, una cocina moderna fusión y con influencias gastronómicas de otros países, de profundo y marcado sabor, hacen de ¡Ay, Carmela! un local de referencia de Benicàssim para aquellos paladares atrevidos con ganas de vivir nuevas experiencias.
Es la tarjeta de presentación de un establecimiento que ultima su puesta en marcha en la calle Josep Barberà i Cepria, 31, de Benicàssim y ya marca tendencia en el seductor ámbito de los caldos de calidad, del ambiente y el buen gusto, sazonado con la cuidada estética de su entorno arquitectónico con una preciosista fachada a cargo de de Nayra Pimienta.
La selecta carta de ¡Ay, Carmela! ha contado con el experto asesoramiento del chef Pablo Bravo, cuyo talento ha permitido crear una selectiva oferta de más de 25 platos diferentes, con opciones veganas y aptas para celiacos y en una puesta en escena que obvia las tradicionales vajillas para optar por la naturalidad de los complementos.
Cuando pasó por la cabeza de Bares Singulares abrir un nuevo negocio en Benicàssim, sus responsables tenían claro que no querían ser uno más, que no valía cualquier cosa; si no que, había que apostar por la diferenciación. Y esta singularidad tenía que venir más allá de la calidad gastronómica que solo puede ofrecer la buena cocina o a la cuidada vajilla de alto valor estético. Había que ir más allá para ganarse la exclamación de un nombre que hoy acompaña a una marca: ¡Ay, Carmela!. Fue el germen de una vinería que abrirá próximamente en Benicàssim y lo hará en un entorno urbano emblemático, un local que, con el paso de los años, se ha ido transformando en diferentes formatos de negocio. El atrevimiento que siempre acompaña a la puesta en marcha de las grandes ideas ha dado sus frutos y hoy esta apuesta gastronómica ya es una realidad.
El buen gusto que guía cada trazo de sus grabados, de sus aderezos artísticos es hoy el lienzo ornamental que quiere ser testigo de los mejores momentos. Y ése es el propósito de ¡Ay Carmela!, convertir en exclamación algo tan cotidiano como es la experiencia de sentarse en una mesa.
Es el ofrecimiento de cuatro jóvenes emprendedores curiosos, viajados y viajeros, además de apasionados de la cocina, que se embarcan en este nuevo concepto gastronómico donde consiguen contar su historia a través del vino, la cocina y la música. "Queremos que cuando salgas por la puerta hayas vivido una experiencia, que no solo te quedes con haber comido bien o mal. Queremos sorprenderte, que nuestra cocina no te deje indiferente”, señala uno de los impulsores de ¡Ay, Carmela!, convencido de que su apertura marcará un antes y un después en el difícil arte de seducir a los cinco sentidos y hacerlo con el talento necesario para asegurar el éxito.