En ocasiones se hace muy complicado, hay días en los que mantener la ilusión se complica por este ambiente de crispación, negacionismo y división en el que algunos se empeñan en ahogarnos. Momentos, por fortuna, que duran apenas unos instantes porque frente a los profetas del apocalipsis, somos más quienes afrontamos cada día desde el compromiso con la política útil; desde la práctica constante de estar al servicio de las personas.
Ese podría ser el resumen de este año, y a juzgar por las últimas decisiones del PP, podría ser también -sin apenas margen de error- el avance del próximo año de las conductas irracionales de las derechas. No será fácil porque los fanáticos del ‘todo fatal’ harán lo imposible para frenar los avances y las medidas valientes que benefician a la mayoría de este país. Y un año más se impondrá el consenso, la unidad y los nuevos derechos frente al ruido y el negacionismo.
Puede que esa sea mi gran esperanza, pero también aquello a lo que me voy a dedicar, como miles de compañeras y compañeros socialistas en toda la Comunitat y en toda España: a ampliar derechos, a hacer avanzar a nuestros pueblos, a lograr que la ilusión nos permita construir una tierra más próspera, sostenible e igualitaria para el futuro. Lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo; seguiremos diseñando y aplicando políticas económicamente eficaces y socialmente eficientes.
Se cierra un año complicado, como recordaba hace unas semanas, pero también el que podemos celebrar avances trascendentales para la mayoría social de nuestro país. Una pandemia y una guerra a las puertas de Europa no han frenado la agenda de los gobiernos socialistas marcada por el empleo estable y de calidad, las mejoras salariales, la lucha contra la inflación y la estabilidad del Estado. Los resultados son claros: más de veinte millones de personas trabajando, el Salario Mínimo Interprofesional alcanza los 1.000 euros, terceros presupuestos del Estado aprobados, somos el país con la inflación más baja de la Unión Europea.
Ha sido un año complejo pero en el que todas y todos sabemos que frente al ruido y el apocalipsis, se impone siempre que hay un gobierno socialista el consenso y la razón. Que frente a la defensa de los privilegios de las derechas, la justicia social, las medidas socialmente eficaces, toman el protagonismo político con gobiernos socialistas.
Se cierra un año, y afrontamos el inicio de un 2023 donde ganará la ilusión, un año en el que se impondrán las ganas de un futuro mejor para la mayoría, en el que podremos decidir construir juntos un futuro de igualdad y prosperidad para nuestra tierra. Sin maniqueas divisiones entre buenos y malos, con la crispación y la mentira desterrada de la política; con gobiernos socialmente justos para la mayoría.
Esa es mi gran esperanza para el próximo año: que los nuevos derechos se sigan abriendo paso ante los involucionistas; que la valentía política en favor de la mayoría social se siga abriendo paso ante el inmovilismo en beneficio de unos pocos de las derechas. Esa es mi esperanza y es mi compromiso para el próximo año: luchar para que la ilusión de la mayoría progresista de este país gane al miedo que abandera la derecha. Un nuevo año de ilusión, derechos y valentía política.